El Twitter que conocemos parece tener los días contados. Los usuarios de esta red social quizá no estén notando nada todavía, pero los cambios se están pergeñando a golpe de tweet y de talonario. Detrás está Elon Musk, el propietario de Tesla y PayPal. Basta un tweet suyo para provocar caídas bursátiles o aumentar el valor de las acciones. Y eso es lo que está ocurriendo ahora mismo con el “culebrón” de Twitter desde que anunciara su intención de comprarla, hecho que aún no se ha producido.
Algunos de los cambios los conocemos por lo que ha ido publicando él mismo en su perfil de Twitter y llegan con polémica incluida. Desde la relajación en la moderación de los contenidos, a red social de pago para empresas y cuentas institucionales. Bienvenidos al Twitter de la era Elon Musk.
Una red social en apuros
A finales de abril, Elon Musk lanzaba una oferta de compra por la totalidad de la red social Twitter. La operación se valoró en algo más de 42.000 millones de dólares. Una oferta multimillonaria por la adquisición de una empresa, Twitter, que nunca ha logrado despegar económicamente.
Su modelo de negocio, basado principalmente en la publicidad, no ha llegado a convencer del todo a los inversores. Cerró 2021 con unas pérdidas de 221 millones de dólares. 2020 fue todavía peor: perdió cinco veces más dinero y sus accionistas se dejaron 1,44 dólares por título.
Nunca ha sido rentable, pero siempre ha gozado de una inmensa capacidad de influencia. Desde Barack Obama, Bill Gates o Katy Perry a dirigentes de empresas, instituciones o fundaciones han visto en Twitter el canal de difusión por excelencia.
Hasta que llegó Elon Musk…
Su oferta económica viene acompañada de lo que, según su percepción, debe ser la red social. No solo promete sacarla de los números rojos, sino también mejorarla. Y, para ello, nos ha dado muchas pistas en su propia cuenta de Twitter.
El absolutista de la libertad de expresión
Para empezar, Musk no ve con buenos ojos eso de moderar los contenidos. O, lo que es lo mismo, no es partidario de ninguna injerencia por parte de la red social para bloquear ciertos discursos.
Fue especialmente crítico con Twitter cuando la red social canceló la cuenta de Donald Trump tras el asalto al Capitolio. Y meridianamente claro cuando le pidieron que Starlink, el servicio de Internet satelital desarrollado por su propia compañía SpaceX, bloqueara fuentes de noticias rusas. “No lo haremos, a menos que sea a punta de pistola. Siento ser un absolutista de la libertad de expresión”.
Elon Musk defiende Twitter como un ágora digital. Un espacio para el debate sin cortapisas ni frenos, aunque sea para poner fin a prácticas como noticias falsas, spam o, abiertamente, desinformación.
¿Será Twitter de pago para las empresas?
También sabemos que, en su intento de sacar mayor rentabilidad a la compañía, es posible que algunas cuentas sean de pago. Siempre en tono sugerido, nada confirmado aún, pero avanzado ya en su perfil de Twitter. Y lo que escribe ahí es la hoja de ruta de lo que puede ser su gestión de la plataforma.
No ha especificado mucho más, solo que para los usuarios ocasionales Twitter siempre será gratuito y que los usuarios comerciales deberán pagar “un pequeño coste”.
No sabemos qué significa para él «un pequeño coste» ni cómo se articulará ese pago. ¿Se cobrará a las cuentas a partir de un número de seguidores? ¿Afectará a las pymes o solo a las cuentas de grandes corporaciones?
Otra línea que persigue es que los contenidos más virales dejen de ser gratuitos cuando sean mencionados por terceros. Habrá que pagar una tarifa si se quiere citarlos y los tweets que se hagan virales comenzarán a monetizarse.
Otros cambios y algunos más que imaginamos
Durante este último mes, los anuncios de Elon Musk sobre Twitter han sido incesantes. Algunos de ellos rectificando otros suyos anteriores. Para los que no habéis estado muy al hilo de la actualidad, este es el resumen:
- Plataforma de código abierto: Elon Musk preguntó abiertamente a sus más de 80 millones de seguidores si veían bien un Twitter open source. La idea es contrarrestar el sesgo de su algoritmo, porque condiciona el debate público.
- Guerra a los bots: Otra de las misiones de Elon Musk es acabar con las cuentas de bots, es decir, perfiles que abiertamente distribuyen spam y suelen ser falsos. Es tal su cruzada en este aspecto, que hace unos días anunció que paralizaba temporalmente su intención de compra hasta confirmar que las cuentas falsas/spam representan menos del 5% del total de usuarios de la red social, como comunicaron los responsables de Twitter. Según comentó Musk en la conferencia All In celebrada en Miami, han realizado un análisis externo de la plataforma y creen que el número de cuentas falsas podría situarse en el 20%.
- Botón de editar: Realmente, aquí Musk ha hecho de portavoz de lo que es un clamor popular: contar con la opción de editar los tweets, ya disponible en otras redes sociales, como por ejemplo Linkedin.
De momento, no se han anunciado más intenciones de cambio por parte de Elon Musk, salvo que confirma su interés por la compra de la red social.
Quizá cabe preguntarse si sus intentos por hacer de Twitter una plataforma más transparente, adalid de la libertad de expresión, acaben provocando todo lo contrario. Una plataforma más sectaria, con la vuelta de perfiles hasta ahora vetados, y más homogénea, sin la presencia de pequeñas firmas que no podrían permitirse pagar por estar en Twitter. Pero con Elon Musk nunca se sabe, habrá que esperar y ver.