Cuando todavía no te conocen y si comienzas directamente online, tienes y tenemos un gran handicap: la falta de trato directo todavía es una resistencia muy importante para muchas personas a la hora de confiar en una página web. Por ello, es fundamental explorar las claves necesarias para humanizar nuestro negocio, de forma que no se perciba como una fría página web más. Atrás quedaron las webs 1.0 y los mensajes puramente corporativos, el universo 2.0 nos obliga a dar un paso más. Ya no es una opción, es una obligación.
¿Por dónde empezar?
Mientras avanzas hacia la ambiciosa meta de que solo con oír tu marca, un usuario asuma inconscientemente y a golpe de asociación quién eres, qué haces, cómo lo haces y los valores vinculados a tu negocio y tu saber hacer, por algún sitio hay que empezar. Y siempre hay factores que podemos trabajar y que son relativamente sencillos de llevar a cabo.
La página «Sobre nosotros»
Puede que en tu caso esa página se llame Sobre mí, Sobre nosotros, Conócenos… lo que sea. Pero, en cualquier caso, es importante que en tu web haya un espacio, una página, dedicada a contar quién eres y lo que haces. Todavía muchos negocios online siguen anclados en la estructura estática y más impersonal de la web 1.0 y aún muchas empresas están convencidas de que esa página está destinada al “autobombo comercial”. Grave error.
Más allá de contar lo bueno que eres, o que es tu negocio, se trata de que intentes conectar con ese usuario que quieres que confíe en ti y que se convierta en cliente. A la hora de hablar de tu negocio, ten en cuenta que no se trata de ti, quien importa es el usuario.
Cuéntale los beneficios que puede obtener con tu negocio, desde el punto de vista de la utilidad y de la experiencia de consumidor. Y no tengas miedo a contar tu historia, de dónde vienes, a dónde quieres ir, etc. Las historias se recuerdan mucho mejor, crean empatía, invitan a conectar. Al fin y al cabo, aunque sea a través de una página web, eres una persona tratando con otras personas. Y las personas nos sentimos identificadas con otras personas, no con robots o una fría pantalla de ordenador.
El blog
Dentro de la estrategia de Marketing de contenidos un blog es nuestro mejor aliado. Es un lugar perfecto para poder ser más cercano y aumentar las posibilidades de conectar con quienes primero serán lectores, pero puede que mañana sean clientes.
Por mucho que se trate de un blog de empresa, intenta apostar por un lenguaje cercano y un estilo directo y sencillo.
Huye de las «autoalabanzas» y del lenguaje muy técnico o rimbombante, ofrece información de utilidad para tus usuarios, contesta a los comentarios, busca la conversación, mantén siempre una actitud de escucha proactiva. Recuerda: él/ellos, no tú.
Es, asimismo, un buen lugar para enseñar tu “trastienda”, para implicar a tu equipo… En definitiva, para que tus usuarios puedan conocerte mejor, a tu negocio, y tener claro que detrás de tu web hay personas.
Las redes sociales
A estas alturas ya sabemos que las redes sociales son una gran herramienta de comunicación que permiten a las empresas comunicarse directamente con sus usuarios como nunca había sido posible. Pero si no “humanizas” tu relación con tus usuarios, no te servirá de nada. Si estás en las redes sociales, es para ESTAR. Si no, es mejor no estar.
Marca objetivos y una estrategia para cada red social, contesta a los comentarios y menciones, huye de la “apariencia” de que estás automatizando, cuida el mensaje y el lenguaje, trata de no ser invasivo. Se trata de humanizar tu marca y de sembrar una relación con tus usuarios, que tengan claro que detrás de ese perfil social, hay personas.
Foto: SalFalko