Como el 90% del tejido empresarial español, tu empresa es una pyme y, como tal, sufre las consecuencias de la crisis mucho más de cerca. Pero no todo son malas noticias y en este post vamos a demostrar cómo la LISMI (Ley de Integración Social del Minusválido) puede ser la oportunidad que estabas esperando.
Hasta ahora, la mayoría de las personas con discapacidad que trabajaban lo hacían en grandes corporaciones. Pero ha llegado el momento de que la pyme tome partido y aproveche la LISMI como una aliada para posicionarse en el mercado aportando un gran valor social. Recordemos que la LISMI obliga a las empresas de más de 50 empleados a contar con un 2% de personas con discapacidad en su plantilla.
Hoy ya existen mecanismos para que una pyme pueda cumplir con la LISMI a través de diferentes vías. La cuestión es encontrar la fórmula que mejor se adapte a las características de una organización. Cada empresa puede encontrar en la LISMI la oportunidad que necesita para su negocio, incorporando personas con discapacidad en sus empresas y cuando esto no es posible a través de una fundación o asociación, un centro especial de empleo, o incluso a través de la contratación de un trabajador autónomo con discapacidad. Y es que todas las posibilidades que comentamos pueden ayudar a tu pyme a ser más responsable y a cumplir con la legislación, lo que la beneficia en gran medida porque evitará las sanciones correspondientes y podrá participar en concursos públicos. Y lo que es más importante, podrá contar con el valor humano que supone trabajar con el mundo de la discapacidad, que estoy convencida de que ayuda a mejorar los resultados de la organización.
¿Dónde recurrir?
Un ejemplo es lo que hace Alares Empleo ETT, una empresa de trabajo temporal especializada en selección, contratación e integración laboral de personas con discapacidad. Para muchas pymes es muy útil poder contar con la ayuda de profesionales conocedores de la accesibilidad universal y el empleo, hasta ahora muy desconocido para la gran mayoría de las empresas. Por un lado, tu pyme cumple con la LISMI y, por otro, encuentras a personas que pueden aportar mucho valor a tu capital humano.
Pero si circunstancias especiales de tu empresa impiden la contratación directa de personas con discapacidad, los centros especiales de empleo son creados precisamente para estos casos. A través de ellos puedes contratar productos o servicios, como por ejemplo formación, gestión e incluso planes de conciliación para los empleados. En el caso de Alares Social CEE, es posible ofrecer programas de fidelización para clientes a través de marketing social. Como puedes ver, estos servicios tienen la ventaja de estar gestionados por personas con discapacidad. De esta forma, puedes incluso aumentar tu porcentaje de cumplimiento con la Ley, lo que beneficiará en casos de concursos públicos y cómo no, aumentar la productividad de tu empresa y reforzar su imagen exterior.
Donación y LISMI
Como buena conocedora de la pyme, después de muchos años trabajando en el mundo de los RR.HH, sé que en muchas ocasiones, para una pyme todo esto es realmente complicado. Por ello, os sigo dando pistas: la donación o patrocinios relacionados con la discapacidad y el empleo. Existen fundaciones y asociaciones que trabajan con el objetivo de integrar a personas con discapacidad en el mercado laboral, potenciando su empleabilidad a través de la formación. De esta forma, consiguen mejorar su calidad de vida y el bienestar que tanto merecen. Es importante que tengamos claro que estas organizaciones sin ánimo de lucro pueden desarrollar, gracias a las donaciones, sus actividades, siendo esta una vía muy importante para conseguir que las personas con discapacidad formen parte de nuestra sociedad.
Como podéis ver, son muchas las posibilidades que una pyme puede encontrar en la LISMI. Es más, estamos convencidos de que es una aliada capaz de aportar un valor añadido que muchas empresas en estos momentos tan complicados no logran encontrar.
Foto @Robert S. Donovan, distribuida con licencia Creative Commons BY-2.0