Ah, ¿pero se puede?
Tengo buenas y malas noticias. Sí, se puede. Hay un exceso de dinero brutal pero proyectos invertibles hay pocos.
¿Y qué es invertible?
Para eso hay que ir más atrás aún. ¿Qué tipo de proyecto tengo? Hay que diferenciar primero en si lo que tienes es un proyecto que te va a servir para vivir y dar trabajo a tu alrededor o si tu proyecto es tendente a que se invierta en él y ahí, claro, hay que pensar en dar rentabilidad al inversor y en la medida de lo posible el menor riesgo.
¿Lo tienes claro? ¿Qué tipo de proyecto tienes? ¿Es un proyecto para tu autoempleo o crees que tienes algo enorme que puede cambiar el mundo? Quítate de cosas que sólo piensas porque es tu proyecto, de sentimientos de cariño. ¿Invertirías dinero en el mismo proyecto que el tuyo pero de un desconocido? ¿Qué riesgo estarías dispuesto a asumir?
Lo normal es que respondas que no invertirías en proyectos ajenos y por eso hay que pensar que los inversores quieren ver algo muy potente para invertir y que, de lo contrario, no les compensa el riesgo.
Ahora vamos a lo práctico: ¿Qué vías de financiación tengo? ¿Qué puedo hacer para conseguir dinero para mi proyecto? Porque estoy dando por hecho que necesitas dinero y que esa pregunta ya te la hiciste 😉 Vamos allá con las vías:
- La primera es la más obvia; ¿Has ahorrado? ¿Nada? Porque si tú no inviertes en tu proyecto, apaga y vámonos. Lo normal es que se hable de que, como tú trabaja,s no debes invertir dinero, pero en serio ¿ni un euro? Cuando empecé con coches.com, habíamos ahorrado todos los socios.
- La segunda sigue siendo fácil: ¿Qué gente de tu alrededor te puede ayudar con sus ahorros? Porque también será malo que no puedas convencer a nadie de tu alrededor para que invierta algo en tu proyecto. Son los famosos FFF (Friends, Fools and Family), a los que es mejor no meter como inversores en tu proyecto, pero que si son necesarios siempre se puede escribir un buen pacto de socios que regule la relación con ellos.
- ¿Al banco? Pues sí, el tercero es el banco, que también presta dinero. Es cierto que si el proyecto no es espectacular y no puedes aportar garantías, es muy difícil conseguirlo, pero una vez más pregunto: ¿dejarías dinero a cambio de un tipo de interés a un desconocido sin ningún tipo de aval?
- Otra vía de financiación que está empezando a surgir en España es el crowdfunding. Quizá por la escasa financiación por parte de los bancos surgen iniciativas cuyo fin es unir, a través de Internet, a muchos pequeños inversores en proyectos de otros. Como ejemplos más conocidos destacan lanzanos.com y seedquick.com.
- Si tienes un proyecto que va a funcionar a través de Internet, también hay grandes noticias, porque en España hay muchas ayudas públicas tanto para empresas que empiezan como para otras más avanzadas en situación de coinversión. Las más conocidas son las nacionales ENISA y CDTI y, aunque es cierto que está un poco más parado por la situación actual, sigue habiendo ayudas.
- Y no sólo de ayudas públicas te puedes beneficiar. Las empresas de Internet reciben gran apoyo de aceleradoras e incubadoras que, en algunos casos, incluyen inversión para los ganadores. Las más destacadas son Seedrocket, Wayra y Tetuán Valley, en las que el dinero no es sólo dinero sino que también te apoyan con espacios físicos, mentoring, etc.
- Según vamos analizando, vamos llegando a aquellos intervinientes que buscan una mayor rentabilidad y que requieren proyectos invertibles y ahí te encuentras con los famosos Business Angels. ¿Y qué es eso? Pues un empresario que, o porque le han ido bien las cosas y quiere invertir, o porque quiere diversificar ahorros, está dispuesto a invertir algo de dinero e incluso puede ayudarte con su experiencia en el sector.
- Fondos de capital riesgo. Son los más especializados, los que más retorno te piden y, a la vez, los que tienen más dinero. Pero ya sabes, tu proyecto tiene que ser escalable, internacional casi siempre, tienes que contar con un equipo multidisciplinar y, si quieres, venirte a VitaminaK 😉
Hasta aquí las vías que, como ves, las hay. Y ahora el ánimo. Si tu empresa vale, tendrás dinero, hay mucho, pero tienes que entender los dos lados de la mesa. Así seguro que te es más fácil buscar financiación. ¡Ah! Y no olvides que lo fundamental es tener un producto que puedas vender a mucha gente. Si tienes clientes, la financiación llega ¡siempre!
Foto @Images_of_Money, distribuida con licencia Creative Commons BY-2.0