Silicon Valley es la meca del emprendimiento. Solo basta con pensar en las cosas que hacemos en nuestro día a día para darnos cuenta de que la inmensa mayoría de los productos con los que interactuamos se han creado por empresas del Valle: el iPhone, Facebook, Google… pero ¿nos hemos parado realmente a pensar por qué ocurre esto? ¿Qué es lo que ocurre en San Francisco para que las startups puedan conseguir mega rondas de financiación? ¿por qué nacen aquí la mayoría de los «unicornios»? La respuesta a todas estas preguntas es la misma: el ecosistema.
Una de las primeras cosas que llama la atención al llegar a vivir a San Francisco son las marquesinas de publicidad. Mires a donde mires vas a ver el mismo tipo de anuncio: todo tipo de herramientas o servicios de profesionales para ayudarte a escalar tu negocio, desde CRMs, gestores de tareas, headhunters, abogados… Esto es así porque toda la ciudad vive por y para el emprendimiento. En los colegios, los niños aprenden desde pequeños cómo crear su propia empresa, cómo realizar inversiones, cómo programar, los turistas cuando visitan la ciudad no pueden dejar de visitar los headquarters de Google para montarse en sus bicicletas de colores, hacerse una foto delante del cartel de Facebook o comprar como souvenir una tarjeta regalo con acciones de su startup favorita.
El emprendimiento y la innovación, por lo tanto, son el motor económico de la ciudad, poniendo a disposición de los emprendedores todos los recursos que éstos puedan necesitar para cumplir el objetivo que todos persiguen: conseguir desarrollar una nueva solución capaz de cambiar por completo toda una industria. Se puede decir, por lo tanto, que en Silicon Valley tienen como deporte nacional el industry disruption y ellos sin duda juegan en la Champions. Si a esto le sumamos la actividad que tiene lugar en los distintos hubs de Estados Unidos como Manhattan, Texas, Miami o Seattle, podemos darnos cuenta fácilmente que no hay ningún otro ecosistema como el americano. Actualmente, según datos de MoneyTree, hay 167 unicornios (startups valoradas por encima de 1 billón) y solo durante los primeros seis meses de 2019 se han invertido más de 50 billones de dólares en más de 2.700 operaciones, de las cuales 67 fueron mega rondas (startups levantando más de 100 millones).
Todo este cúmulo de elementos provoca que un gran número de emprendedores decidan dejar sus países de origen y marcharse a Silicon Valley para probar suerte aquí con sus empresas, atraídos por lo que me gusta calificar como Silicon Valley effect. Esto provoca que una startup pueda tener un crecimiento de 5 a 8 veces mayor del que podría tener en su ecosistema de origen, gracias a la infinidad de recursos a los que puede acceder simplemente por estar en Silicon Valley.
Aproximadamente, el 50% de los emprendedores que residen actualmente en Estados Unidos no han nacido aquí, y más del 50% de las Billion-Dollar Startups tienen al menos un fundador inmigrante. Las estadísticas, por lo tanto, demuestran que es posible triunfar aquí sin necesidad de ser local.
Aunque no haya ninguna receta que se pueda seguir paso a paso para alcanzar el éxito de una startup, sí que se puede hacer una recopilación de los must a tener en cuenta por todos aquellos emprendedores que quieran desembarcar en San Francisco.
1. Para tener éxito en Silicon Valley, hay que estar en Silicon Valley
¿Qué más da dónde esté el emprendedor con la cantidad de herramientas que tenemos hoy en día para estar conectados con cualquier parte del mundo? Pues sí que importa, y mucho, ya que al estar a 9 horas de diferencia y 10.000 kilómetros de distancia se pierde prácticamente todo el impacto que el ecosistema y el networking puede ejercer en una startup. En Silicon Valley, tu network es tu net worth y esto es algo de lo que solo te das cuenta cuando estás ahí. La red de contactos es uno de sus bienes más preciados, y es por esto que hay que ser especialmente respetuoso con los contactos, tanto propios como ajenos. Aquí, nunca verás un email frio de uno de tus inversores para presentarte a un cliente o a otro inversor. Siempre mandarán un mail de opt-in intro, para confirmar primero con la otra persona si le parece bien la intro y, solo cuando ésta confirma, se hacen las presentaciones.
2. Asegúrate de que tu management team tiene las 3Hs: head, hands and heart
Ya no vale todo en Silicon Valley. Ahora los inversores buscan equipos que tengan algo más que una mente brillante con una gran idea pero sin ningún tipo de capacidad de liderazgo, o incapaz de ejecutar la estrategia empresarial. Los equipos tienen que estar balanceados. Es por esto que para que la startup pueda tener tracción necesita las 3Hs:
- Head: para definir el rumbo de la startup y liderar la ejecución de su misión.
- Heart: para asegurar que la startup cuenta con un equipo entregado y con la pasión necesaria para ejecutar la estrategia de la startup.
- Hands: para ejecutar todas las ideas y proyectos con la mayor agilidad posible.
3. Piensa en billions
Seguramente, habrás escuchado más de una vez que las distancias en Estados Unidos engañan, ya que todo aquí es a lo grande. Esto mismo pasa con los mercados. Una comparación muy gráfica es el estado de California, cuyo mercado se puede equiparar al del Reino Unido. Esto obliga a las startups a la hora de concebir su mercado objetivo, a hacerlo con la aspiración de llegar a miles de millones de clientes si quieren llegar a tener relevancia en el mercado estadounidense. Este es uno de los principales motivos por el cual los inversores en Silicon Valley rechazan muchos proyectos que vienen de Europa o LatAm, ya que si bien pueden ser líderes de sus mercados locales, la solución que han desarrollado en muchos casos es demasiado sectorial como para lograr un exit atractivo. El último fondo de Softbank, por ejemplo, es de 100 billones, por lo que no tienes más que hacer un par de cuentas sencillas para hacerte una idea del tipo de exit al que tendrías que aspirar con tu startup.
4. Ve a por todas
En 2018, la cantidad de inversión en startups en San Francisco (Bay Area) superó los 45 billones de dólares. Esto es buenísimo porque muestra el volumen tan inmenso que tiene el ecosistema, pero a su vez implica que ¡la competencia es feroz! Por esto los emprendedores tienen que ser creativos, buscando en todos lados nuevas oportunidades y activando todos los recursos al alcance. No vale con ir a las típicas conferencias, usar plantillas de email para contactar con inversores… especialmente si es la primera vez que emprendes. En Silicon Valley es muy común la figura del Serial Entrepreneur, emprendedores de éxito que han vendido con éxito proyectos anteriores, y deciden reinvertir todo o parte de las ganancias en crear un nuevo proyecto. Este tipo de emprendedores, gracias al éxito que han sabido cosechar con sus proyectos anteriores, son capaces de generar una gran atención y expectativa sobre sus nuevos proyectos. De hecho, casi siempre que escuchamos hablar de rondas millonarias “solo con un Power Point” es porque su equipo fundador cuenta con un gran historial de éxitos emprendiendo tras sus espaldas. Los emprendedores primerizos deben ir a por todas y apoyarse sobre todo en su red de mentores e inversores para que su experiencia y red de contactos les pueda servir como palanca de ayuda a la hora de conseguir los hitos fijados en cada etapa.
5. Respeta los tiempos
En Silicon Valley se aplica siempre la máxima de “tiempo es dinero”. Aquí la duración media de una primera reunión es de media hora, en donde se dedican los 5 primeros minutos a presentaciones y contexto, 20 minutos a tratar el tema en cuestión y los últimos 5 minutos para conclusiones y fijar próximos pasos. Se considera de mala educación el alargar las reuniones más allá de la hora fijada, incluso si la reunión está siendo súper interesante, y por supuesto, nadie llega tarde a una reunión salvo por fuerza mayor. También es importante conocer que en Silicon Valley se valora mucho la vida fuera de la oficina, por lo que no intentes convocar ninguna reunión que termine más tarde de las 17:00, ya que es probable que la otra parte no esté disponible.
6. Ve al grano
Si ya estás en Silicon Valley, cuentas con un proyecto ambicioso, innovador y global liderado por un equipo bien balanceado, has conseguido llegar a uno de tus clientes o inversores ideal y estás a punto de entrar a su oficina justo a tiempo para tu primera reunión, ¡no te olvides de ir al grano! En Silicon Valley todo el mundo está ahí para hacer negocios, por lo que a nadie le va a parecer demasiado agresivo si vas al grano en tu reunión. Es por esto que, si tienes una reunión con un inversor, no debes tener miedo a hablar con él de tus métricas, de la cantidad que quieres levantar, o de la valoración que pides de tu empresa. Todo el mundo tiene claro que en una reunión de trabajo hay que hablar de dinero.
7. Siempre con la lección aprendida
En Silicon Valley te puedes encontrar con tu próxima gran oportunidad en cualquier momento: en Philz Coffee, compartiendo un Uber pool, en la cola del cine… por lo que siempre tienes que tener preparado un buen pitch, tanto comercial como de inversión. Asimismo, si el pitch es lo suficientemente bueno, será normal que te pregunten por alguna de las principales métricas: número de usuarios activos, CAC, churn… por lo que deberás tener siempre las métricas básicas en tu cabeza. ¡Aquí no vale decir que tú eres el genio creativo y por eso no sabes ni cuanto factura tu startup!
8. Sé humilde y estate siempre preparado para aprender algo nuevo
Los emprendedores que lo saben todo van a tener muy difícil poder capturar el valor que les puede aportar sus inversores, mentores o partners, ya que alguien que sabe todo, no tiene posibilidad de mejora. Es por esto que es muy necesario hacer un análisis periódico de nuestra startup para detectar aquellas áreas a reforzar por no ser expertos al 100%. Este refuerzo puede abordarse de formas muy diversas: contratando a nuevos miembros del equipo, analizando otras startups, pidiendo ayuda a nuestros inversores, mentores etc. En Silicon Valley es muy común que inversores, emprendedores, directivos de corporaciones… interactúen frecuentemente con los emprendedores para ayudarles con su proyecto. Para ello, es esencial tener claro en lo que necesitas ayuda y estar preparado para recibir feedback tanto positivo, como negativo.
9. Falla rápido, falla a menudo, falla mejor
Si de verdad tu startup está desarrollando un producto disruptivo, capaz de cambiar por completo una industria, necesitas ganar time to market para evitar que tu competencia se te adelante. Muchas veces ocurre en fases iniciales de desarrollo que el equipo fundador se enamora de la idea inicial de su startup y del producto que quieren lanzar al mercado, invirtiendo una gran cantidad de tiempo y recursos en su desarrollo sin preguntarse nunca, ni preguntar al mercado, si esa tesis inicial tiene o no sentido. Esto provoca en muchas ocasiones que después de un año o más de desarrollo, cuando se lanza el producto al mercado, no encaja con las necesidades de los usuarios y por lo tanto se tiene que comenzar de cero. Para evitar este tipo de problemas, es necesario realizar pequeños sprint y validaciones que nos permitan validar cada uno de los pasos que vamos dando. De este modo, podrás ir conquistando hito por hito, y si hay que hacer correcciones o iteraciones, serán mucho más fáciles y asumibles que si esperamos a tener todo el proceso 100% completado.
10. No es no
Por último, uno de los mayores choques culturales es el entender que, en San Francisco, no significa no. Esto se debe a un cúmulo de todo lo explicado anteriormente: el ir al grano, el alto grado de competencia, la importancia del dinero, el no quemar la red de contactos… esto hay a muchos emprendedores que le sorprende, y es normal, ya que en sus ecosistemas no se suelen decir no de una manera tan categórica y por lo tanto se tiende a pensar que el no siempre va a estar acompañado por un pero… ven a verme en unos meses, pero lo hacemos más barato, pero cuéntaselo a mi compañero… Ante este tipo de situaciones hay que ser pragmático, no tomárselo como algo personal y sobre todo perseverar, ya que ¿quién dijo que emprender era fácil?
¿Hay vida más allá de Silicon Valley?
No obstante, no podemos pasar por alto la gran cantidad de retos a los que el ecosistema de Silicon Valley tiene que hacer frente ahorra mismo: el actual gobierno con Donald Trump al frente en plena guerra contra las tecnológicas, las operaciones fraudulentas causadas en parte por el miedo de los inversores a perderse “el próximo Google”, el alto coste de vida, disparidad económica entre sus ciudadanos, modelos de negocio que muchas veces rozan la alegalidad, o los ciberataques a los inversores, entre otros.
Todo ello representa actualmente una oportunidad para que aquellas ciudades del mundo como Barcelona, Berlín o Estocolmo, donde hay ecosistemas de emprendimiento suficientemente maduros, puedan atraer a todos aquellos emprendedores, inversores o corporaciones que están buscando diversificar sus inversiones y huir de los riesgos actuales de Silicon Valley.
Es por esto por lo que podemos afirmar sin duda que hay vida más allá de Silicon Valley. Si bien siempre será La Meca del emprendimiento, en los próximos años vamos a ver un gran número de ecosistemas que, gracias a la especialización en verticales concretos como puede ser la ciberseguridad, movilidad o la biotecnología, van a ser capaces de atraer más inversores y emprendedores que Silicon Valley en aquellas industrias en las que éstos estén especializados.
Exciting times ahead!
Imagen principal: Hardik Pandya