Mientras aumenta de forma consistente el número de personas que utilizan sus dispositivos móviles para navegar en la red, aún son pocas las empresas que tienen una clara consciencia de lo que significa tener una web móvil, los beneficios que puede aportar y cómo pueden integrarla en sus estrategias de marketing y comunicación.
Como punto de partida, debemos definir una web móvil como el site cuyo diseño, navegación, contenidos y servicios están optimizados para ser accesibles a través de un dispositivo móvil, ya sea smartphone, tableta, etc.
Es evidente que existen miles de tipos de negocios y no es posible generalizar, pero sí creo que existen algunas claves para poder desarrollar webs móviles de calidad y eficientes:
- Ponerse en el lugar del cliente. El primer paso en cualquier campaña de marketing es pensar en tu consumidor. ¿En qué lugar se encuentra cuando accede a tu web desde su dispositivo móvil? ¿Qué información estará deseando encontrar? ¿Seré capaz de transmitírsela? ¿Cuál será el modo más sencillo de hacerlo?
- Diseña para varios dispositivos. En la actualidad, no existe un estándar de garantías para la ingente cantidad de dispositivos que existen en el mercado. Por lo tanto, no te quedará más remedio que analizar cuáles son los dispositivos más comunes entre tus clientes y preparar tu web móvil para ellos. Esto puede suponer que tu web no se vea de forma optimizada en cada uno de ellos, pero nuestro cometido será que la gran mayoría de nuestros clientes se sientan cómodos con nuestra web y, sobre todo, que cubra sus expectativas. Ya sabemos que no hay nada peor que las expectativas que no se cumplen.
- Haz que tu web sea rápida. Cuando el cliente acceda a través de su móvil a nuestro site, normalmente lo hará mediante su línea de datos (salvo que tenga un punto wifi cercano). Esto implicará bajas velocidades de transmisión y conexiones intermitentes. Y como ya conocemos lo impacientes que somos como usuarios, esto quizás pueda implicar una tasa de abandono mayor que desde un ordenador convencional. Si no quieres que esto suceda, no te queda otro remedio que asegurarte de que tu programador es capaz de utilizar la mejor tecnología posible para que las páginas se carguen en los móviles lo más rápidamente posible.
- No satures la pantalla con demasiados elementos. Como punto de partida, trata de minimizar el número de elementos que aparecen en pantalla. Por supuesto, debes ofrecer al usuario toda la información que pueda requerir, pero no le apabulles con toneladas de información. No se trata de colapsar la mente del usuario con pantallas que no aportan nada, sino que la brevedad, la claridad y la sencillez siempre serán bien valoradas. Resumiendo en una frase: no incluyas ningún elemento de diseño a menos que sea absolutamente necesario.
- Ten presente que no hay ratón ni punteros en los móviles. Es algo evidente, pero en la pantalla táctil utilizamos el dedo como señalador. El espacio requerido para hacer un clic sobre el móvil es mayor que el que necesitamos para hacer el mismo clic con un ratón. Se supone que el dedo en la pantalla ocupa entre 50 y 90 pixeles de ancho, así que tengámoslo en cuenta a la hora de diseñar.
Una buena herramienta para comprobar la idoneidad de nuestra web móvil es esta que ofrece W3C.