Cinco lecciones que tu empresa puede aprender de las abejas

¿Te has parado alguna vez a pensar en las abejas? Estos pequeños insectos peludos están siempre presentes con el buen tiempo, revoloteando de flor en flor, y rara vez pensamos en ellos para considerarlos algo más que una molestia. Sin embargo, tienen mucho que enseñar a cualquier emprendedor…

 

Especialización

Cada abeja tiene un papel en la colmena y jamás representa otro. No se trata ya sólo de que reina, zánganos y obreras desempeñen tareas distintas, sino que las propias obreras se dividen en nodrizas, guardianas, cereras, ventiladoras, recolectoras… y otra infinidad de funciones.

En tu empresa, ¿cuántas funciones hay? ¿Son siempre el mismo número de personas que de funciones? Si la respuesta es no, no estás especializando a tus trabajadores, y eso a la larga te hará perder eficiencia y beneficios.

 

Trabajo en equipo

A la sociedad de las abejas se la toma de ejemplo para hablar de “mentes colmena”, ya que es un solo ente tremendamente complejo, que funciona gracias a decenas de pequeños individuos sencillos. Es el ejemplo de un equipo perfecto, en el que cada miembro tiene claro lo que debe hacer, y sabe cuál es el objetivo final del grupo.

 

Adaptabilidad

La primera abeja apareció en la tierra hace 100 millones de años, y a día de hoy están presentes en los cinco continentes, con sutiles diferencias dependiendo del lugar. ¿Es tu empresa capaz de adaptarse con tanto éxito? ¿Puedes modificar tu comportamiento, tu marca, tu marketing, para mejorar tu rendimiento y tu posicionamiento? Busca formas de adaptarte y tendrás mucho camino andado.

 

Pragmatismo

En invierno, los zánganos son expulsados de la colmena, ya que no suele haber suficiente comida para ellos, y además ya han cumplido su función. Los zánganos, sin resistirse, buscan otras colmenas con más recursos e intentan sobrevivir.

Por cruel que nos parezca este comportamiento, es un claro ejemplo de pragmatismo. A veces tenemos que renunciar a proyectos para que la empresa continúe existiendo, y tenemos que ser capaces de hacerlo con serenidad.

 

Oler las flores

Stop and smell the roses es una frase popular inglesa que las abejas cumplen a diario. No en vano muchas especies de plantas evolucionaron especialmente para hacer sus flores coloridas y provistas de un aroma que atrajera a estos insectos.

Muchas veces, el estrés diario y la falta de tiempo nos impiden disfrutar de las pequeñas cosas bellas que nos rodean, e incluso de aquéllas que siempre nos han hecho amar nuestro trabajo. Tómate un momento para oler las rosas, y siéntete feliz por poder hacerlo.

 

La próxima vez que veas una abeja zumbando laboriosamente entre las flores, recuerda estos consejos. ¡Tenemos mucho que aprender de la naturaleza!

Foto: David Álvarez López

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