A menudo me plantean la siguiente cuestión: ¿cómo convenzo a mi jefe de la importancia del entorno digital? Creo que el ejercicio de persuasión, que puede empezar por las redes sociales, tiene que ser progresivo para que la compañía y el equipo directivo acepten un cambio en la cultura corporativa. Se trata de adquirir habilidades y competencias para competir en la economía digital, construir una estrategia que cree ventajas competitivas reales y evitar que la complejidad genere más riesgos.
No se trata de estar en una red social. Cuando una empresa abre una cuenta en Twitter pero no sabe qué hacer en ella, suele decepcionarse. Si queremos ser digitales, aceptemos la transformación digital. Te propongo cinco pasos para que el cambio sea natural, progresivo y aceptado por la dirección. No se trata de obligar al cambio, ni de imponer nuevos comportamientos, sino de transformar la organización para sacar ventaja de la web y los nuevos medios. La transformación digital está en marcha. En este otro blog hermano, A un Clic de las TIC, puedes ver y analizar casos de numerosas industrias. Os dejo una hoja de ruta:
Crea un equipo
La actividad digital no puede recaer en una sola persona. Tiene que extenderse el compromiso a varios miembros del área de ventas, finanzas, recursos humanos o logística. Un equipo mixto dará una respuesta más acertada de cómo sacar partido a la transformación digital. Que sea algo voluntario y colaborativo, liderado por el más motivado. Porque la transformación digital tomará tiempo. No importa la tecnología ni su grado de complejidad, sino el compromiso de las personas. El equipo tendrá que adquirir nuevas competencias profesionales y ser capaz de motivar a sus compañeros. Invierte en formación para que el proceso sea rápido: hay masters de 1000 horas, pero también propuestas gratuitas. Hay que conocer las métricas digitales, la experiencia de integración de tecnologías en tu actividad empresarial concreta, identificar cómo y cuándo mejorará el retorno de la inversión (ROI) y optimizar los procesos, entre otras tareas.
Prueba, ensaya
Empieza por una actividad concreta y determinada: la participación en un evento, la asistencia a una feria o la elaboración de un documento «wiki» para la gestión del conocimiento. Asistid a un seminario, un encuentro o cualquier acto donde podáis aprender. Pensad una idea y llevadla a cabo. Que no suponga una inversión excesiva ni consuma tiempo. Dedicad media tarde a la semana y que crezca según avanzáis. La experiencia demuestra que es mejor ver el resultado, un pequeño éxito, antes de emprender una transformación absoluta. Puedes llamarlo beta, prototipo o mínimo producto viable. Aléjate de un big bang digital que supone contratar un servicio integral de consultoría para ser digital en 24 horas.
Mide, evalúa
La transformación digital no tiene por qué ser lineal. Puedes empezar por la relación con el usuario (cómo se segmentan las bases de datos, crear nuevas estrategias de marketing digital, venta online, marketing predictivo), por los procesos y las operaciones (mejora de los servicios posventa, apertura de tienda online 24/7, creación de comunidades en Red, impulso de nuevas áreas de venta) o por el propio modelo de negocio (porfolios digitales, ampliación de los límites de la organización con nuevos contactos y mercados o redistribución de competencias entre departamentos). Calcula cómo mejorar en uno de esos tres y evalúa los riesgos que puedes asumir. No es probable que puedas consumar las tres transformaciones de una sola vez.
Acierta con la tecnología
Esto es lo más difícil. Tienes que pensar y delimitar la dinámica y el alcance de la transformación digital. Considera todas las opciones antes de lanzarte a comprar un nuevo software, abarcar los big data o montar una campaña de marketing digital. Abre tu pyme a nuevos socios tecnológicos, que sepan definir la tecnología y acelerar los procesos concretos. El riesgo es considerable: sucede que la tecnología suele generar dependencia y obligaciones. No puedes cambiar de un sistema a otro constantemente.
Abraza la digitalización
El último paso consiste en integrar e integrarse en el ecosistema digital, comprometer a los empleados, rediseñar los espacios y aprovechar todas las potencialidades de las plataformas. Ser digitales supone transformar recursos, procesos y valores para adecuarse al nuevo entorno competitivo. Identifica de forma concreta cómo incrementar el valor del cliente para que la transformación digital genere nuevos beneficios: gestión en tiempo real, mejora de la decisión y reducción de las devoluciones, mejor precio, más calidad, aumento del prestigio social o cualquier otra medida concreta.
Aprovecha el inicio del año. Propón el cambio y suerte en la transformación digital.
Foto: vancouverfilmschool, distribuida con licencia CC BY 2.0