Entrevista Ana María Llopis, consejera delegada de ideas4all
Iniciamos con Ana María Llopis una serie de entrevistas a líderes de proyectos innovadores de base tecnológica que operan en España y que nos pueden ofrecer análisis, claves e ideas sobre los elementos esenciales en la gestión empresarial en tiempos de incertidumbre.
Ana María es una destacada emprendedora online: fue CEO y fundadora de Openbank, que en el momento de su lanzamiento fue el primer banco de Internet en España y el segundo de Europa. Fue presidenta de Viaplus y Razona, así como vicepresidenta ejecutiva en Indra, la primera empresa española en consultoría de IT y desarrollo. En la actualidad, Ana María Llopis es presidenta no ejecutiva de DÍA y consejera no ejecutiva e independiente de Société Genéral y Service Point. Es doctora en Ingeniería de Materiales por la Universidad de Berkeley California y estudió Físicas y Matemáticas en Maryland University.
Ideas4all es una red social vertical en torno al mundo de las ideas, con contenidos generados por los usuarios, que ofrece una nueva forma de compartir ideas e innovación. Este proyecto comenzó su andadura en julio de 2008. En principio, el modelo de negocio está basado en que existe un mercado potencial de 250 millones de personas que pueden compartir sus ideas, y ello puede monetizarse a través de patrocinios y venta de publicidad.
¿Crees que las empresas en España están preparadas para incorporar la innovación como un factor clave de la estrategia empresarial?
Definitivamente sí, aunque se trata de un factor relativamente reciente en el panorama empresarial de nuestro país. Como consecuencia de la coyuntura económica se necesitan más ideas y más innovación y hasta hay departamentos específicos de innovación abierta, lo que no ocurría hace tres años. En este momento, además de los departamentos tradicionales de I+D, muchas empresas ya han creado su departamento de innovación. Incluso ya las hay que disponen de redes sociales internas, de ideas e innovación abierta, con las que hacen que el mejor know how de los empleados fluya transversalmente en la empresa. Sólo les falta dar el salto a sus clientes y usuarios.
Se dice que destacamos por nuestra creatividad, aunque nuestra asignatura pendiente como país sigue siendo la innovación. ¿Tenemos motivos para sentirnos acomplejados en materia de innovación?
¿Acomplejados? En absoluto. Estamos preparados y empezando a dar el salto. Es cuestión de esfuerzo para situarnos en el grupo de los países líderes. En España siempre nos pasa lo mismo: tardamos en incorporarnos a las corrientes pero, cuando lo hacemos, enseguida nos situamos a la cabeza. España es un país innovador reconocido en muchos campos y pionero en sectores específicos como por ejemplo en banca, genética, turismo, energía, renovables, aeronáutica y muchos más.
¿Qué tipo de profesionales necesitan las empresas de base tecnológica? ¿Existe un mercado laboral apropiado para afrontar estas necesidades?
Dada la vida media de las empresas – que se ha reducido significativamente a menos de quince años en los últimos veinte – los nuevos entornos económicos provocados por la crisis, el marco laboral y organizativo – que necesitan una metamorfosis, ya que no tendrán que ver con lo que hemos vivido-, habrá que adaptarse a las nuevas necesidades: una actitud emprendedora, rabiosa, generalizada, y mucha pasión para llevar nuevas ideas adelante. Nuestro mercado laboral nos proporciona profesionales perfectamente preparados, especialmente en ingenierías y nuevas tecnologías, y la generación más joven viene mejor preparada para el emprendimiento. Probablemente, los jóvenes vienen con más ganas de emprender que generaciones anteriores, frente a lo que se pueda pensar, necesitan el empujón del apoyo económico y de gestión inicial.
Sí creo que nuestras escuelas y universidades tienen que realizar un mayor esfuerzo en la preparación de emprendedores. Sobre la pasión, es más una característica de la personalidad de cada uno, pero hay que potenciarla, junto al fomento de la cultura del trabajo y del esfuerzo. Creo que es un reto de todos los países occidentales, y no sólo de España, que se ha relajado un poco en los últimos tiempos.
Sobre la situación del mercado laboral, son las empresas las que deben quitarse los complejos, apostar por las personas y ponerse objetivos ambiciosos, tanto si se emprende desde España como si se hace desde Silicon Valley.
Entiendo que en España y en el mundo habrá oportunidades en nuevas carreras, análisis de grandes bases de datos, tecnologías 3D… Decía The Economist que estamos frente a una nueva revolución industrial donde la fabricación se hará en los garajes de los jóvenes y no tan jóvenes; con nuevas imprentas/fábricas en tres dimensiones; con nuevos materiales, con la nanotecnología, donde la colaboración participativa en redes sociales, en el trabajo, la deslocalización, las miles de aplicaciones para móviles con tratamiento inteligente de datos, ocio, información social y el diseño mandarán. Tenemos que ponernos a ello. Siempre hemos podido con los cambios y ahora lo necesitamos mucho más.
¿Cuáles son las claves de éxito de la pyme tecnológica?
Que tenga una visión muy clara de lo que persigue y, por supuesto, algo más importante: un buen equipo. Con visión y la gente adecuada, lo siguiente es el enfoque en el producto. Hacer pivotar la empresa en torno a un producto o servicio excelente e innovador. Y lo principal: que se pueda vender, que tenga un mercado dispuesto a pagar por ese producto o servicio. Es la única manera de competir con éxito. Adicionalmente, si queremos ser globales, se necesitará un apoyo financiero y un soporte a la exportación. Y en el día a día, compaginar un adecuado control de los procesos con la creación de un ambiente que motive y estimule, donde la gente trabaje a gusto. Porque ya se sabe: «At the end of the day, it’s all about people«.
¿Qué habilidades son necesarias para que el equipo funcione a la perfección? ¿Qué aspectos del liderazgo crees que tienen más valor en este momento?
Yo creo que el liderazgo más importante es el liderazgo con el ejemplo y el trabajo, siempre hacer las cosas lo mejor que uno puede. La autoridad empieza por la exigencia a uno mismo. Que seas para tus empleados una referencia, no sólo profesional, sino también humana. Hay empresas que tienen éxito ejerciendo el consenso, y otras empresas lo logran con una dirección que puede ser muy dictatorial. El caso es que hay fracasos en ambos modelos. A mí no me gusta ninguno de estos dos modelos tan extremos.
Yo apuesto más por una dirección de consenso en la que no duela en prendas tener que tomar decisiones. También les digo a los jóvenes: no te compares con los demás, compárate contigo mismo y honestamente pregúntate si lo puedes hacer mejor. Y éste es el reto de cada miembro del equipo. El líder además tiene el reto de inspirar, apasionar y conseguir que cada persona encuentre su ‘elemento’, como dice Robinson. Así todos darán lo mejor de sí mismos y serán más felices.
¿Qué consejos, en base a tu experiencia, ofrecerías a los actuales gestores de empresas pequeñas y medianas que ven el futuro con cierta incertidumbre?
Que eviten pensar en términos de crisis y miren a sus proyectos con vistas al medio y largo plazo; que intenten encontrar nichos de mercado para sus productos dentro y fuera de España; que establezcan relaciones de confianza (la confianza a veces es más importante que el precio) y que se posicionen para estar ahí cuando esta etapa de incertidumbre pase. Y que apuesten por soluciones creativas e innovadoras. En el corto plazo, trabajar y trabajar.