Adiós al aprendizaje formal. ¡Hola aprendizaje social!

No importa el tamaño de la empresa. No importa el sector. No importa el nivel organizativo de los profesionales. No importa si tienes un sistema de formación muy bueno o si no tienes sistema de formación. La mayoría del aprendizaje que hay en tu empresa es social. Y en el futuro seguirá siendo social mediante tecnologías sociales 2.0.

Los profesionales que hasta ahora se preocupaban de forma sistematizada del conocimiento, de la formación y del desarrollo se focalizan más en el aprendizaje formal, el que se hace mediante talleres, mediante elearning, mediante cursos. Pero todo esto cambiará, daremos más importancia a aprender como aprenden los niños.

Básicamente aprendemos trabajando

Lo que somos, lo que aprendemos, lo aprendemos de nuestra experiencia en nuestro puesto de trabajo, con nuestros clientes, con nuestros compañeros, jefes, subordinados… Este conocimiento que tienen las organizaciones es el conocimiento tácito, impregnado de valores, actitudes y formas de hacer las cosas.

La innovación, la mejora se produce también en esos entornos de aprendizaje tácitos e incontrolados. La innovación y la mejora es un proceso de aprendizaje organizativo.

El aprendizaje organizativo y el aprendizaje personal que surgen de nuestras interacciones es aprendizaje social. El aprendizaje social se produce mediante conversaciones, observación e imitación.

Pero no se trata de volver a la Edad Media, donde el aprendiz adquiere conocimientos mediante la observación, la práctica y el diálogo con el maestro. En el siglo XXI se trata de crear entornos que permitan acelerar el aprendizaje personal para asegurar productividad y el aprendizaje organizativo para innovar, ser competitivos o simplemente sobrevivir.

Las tecnologías sociales aceleran el aprendizaje tácito

Las denominadas herramientas 2.0 aceleran las conversaciones, la posibilidad de compartir y por tanto de observar, imitar y mejorar. Las tecnologías sociales son muy eficientes en trasladar a otros lo que hemos aprendido trabajando y por tanto mejorar el trabajo de otros en un círculo virtuoso que acelera el aprendizaje organizativo y la innovación.

Para entender el aprendizaje social no es necesario leer a Bandura, el padre del aprendizaje vicario, a Vigostsky, que pone en el centro del aprendizaje la interacción social que lo hace social, o a Siemens, el padre del conectivismo y el favorito para muchos de nosotros para hablar del aprendizaje en red. Solo es necesario recordar cómo aprendíamos cuando éramos niños y analizar cómo aprendemos ahora, ver cómo nuestros hijos y muchos colegas aprenden en redes sociales cuyos fines iniciales no fueron el aprendizaje.

Las empresas que sepan gestionar mejor ese tipo de aprendizaje social, las empresas que reconozcan el valor del conocimiento tácito o informal tendrán una enorme ventaja competitiva, pues serán las que tendrán más posibilidades de innovar. Y para ello las redes sociales serán el aliado imprescindible.

¿Quiénes son los maestros del aprendizaje social?

Nace pues una nueva disciplina que es crear estos entornos de aprendizaje e innovación, que permite guiar las conversaciones empresariales, maximizar el aprendizaje, gestionar el conocimiento tácito y acelerar la competitividad empresarial.

Los requerimientos de conocimiento y de cruzar y construir ideas son cada vez más importantes. Por eso las empresas necesitan que todos sus directivos sean creadores de conversaciones productivas, influyentes en las redes sociales, dinamizadores y gestores de comunidad.

Las organizaciones más complejas además requerirán expertos, maestros de lo psicosocial y del aprendizaje social que formen a directivos y profesionales, que aseguren la “productividad” de un proceso que consume enormes recursos organizativos (el tiempo de las personas), que aprendan a afinar los nuevos entornos organizativos: las comunidades.

El aprendizaje social será la principal herramienta de competitividad empresarial, pues será la base de la innovación, que es la principal prioridad de nuestras organizaciones, o al menos de las que sobrevivirán.

Foto: @woodleywonderworks, distribuida con licencia Creative Commons BY-SA 2.0

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