Argelia, el gran país desconocido. Con una extensión de más de dos millones de kilómetros cuadrados (prácticamente como cinco veces la española) y una población de treinta y nueve millones de habitantes, desde hace unos años todas las administraciones y organismos de promoción exterior lo sitúan como uno de los mercados prioritarios para la exportación española.
Además, el país es un gran exportador de petróleo y gas. Sus cuentas públicas están saneadas y la política de los próximos años irá encaminada a continuar promoviendo la construcción de viviendas y la industrialización del país.
Desde España podemos volar hasta Argel, su capital, en una hora escasa, incluso algo menos si vamos a Orán, la segunda ciudad más importante.
Visto así, parece un mercado de ensueño y un paraíso para cualquier exportador. Por desgracia, la realidad es muy diferente, y nos muestra un país lleno de contrastes y especificidades que lo hacen totalmente diferente a cualquier otro mercado. Aquí te dejo siete consejos, por si quieres hacer negocios en Argelia.
1. El factor precio, determinante
En Argelia, primero se habla del precio y luego de la calidad. Desde mi experiencia profesional, y aunque sea muy similar en todos los países árabes, en este país es mucho más acusado. Si no tienes buen precio, no entras, da igual lo que vendas.
2. Paciencia
Cuando llegues a Argelia, verás oportunidades de negocio en cualquier esquina. Está todo por hacer, y además se está haciendo a un ritmo muy rápido, pero los tiempos de negociación son lentos y pueden llegar a ser desesperantes. Por contra, cuando la contraparte argelina necesite información, catálogos, precios o muestras, te la pedirá para ayer.
Sé constante y no tires la toalla, porque una vez consigas confirmar un acuerdo, te tocará lidiar con la burocracia…
3. Cuida las relaciones personales
En Argelia no encontrarás la información en Google o en listados sectoriales. Aquí cuentan las recomendaciones y la relación personal. La confianza se gana poco a poco. Acostúmbrate a tomar el té, a comer con un posible cliente o, incluso, a cenar en su propia casa. Negocios y relación personal van de la mano, no lo olvides.
4. Dime con quién andas…
Suele ser habitual, cuando llegues al país, que todo el mundo te diga que para hacer negocios en Argelia es necesario crear una sociedad. Esto no es cierto, puedes comercializar tus productos (una vez más, atención a la burocracia) a través de importadores argelinos.
Si decides crear una sociedad en Argelia («partenariado»), debes tener en cuenta que por ley el 51% de las acciones de la misma deben pertenecer a uno o varios argelinos. Por tanto, es de vital importancia, si decides dar este paso, que tu socio sea alguien de confianza y que negocies todas las condiciones correctamente.
5. Cuidado con la burocracia
La burocracia en Argelia pondrá a prueba tus nervios. Para empezar, si te quieres desplazar al país, tendrás que conseguir el visado en una embajada o consulado en España. Ten en cuenta que como mínimo tardarán siete días en gestionarlo, por tanto, ojo a las reservas de los vuelos. Además, para un visado de negocios necesitarás una carta de invitación de una empresa argelina.
Una vez que estés en el país, cualquier trámite para la creación de una sociedad, gestión de permisos de trabajo o residencia, o cualquier trámite ante la administración, llevará su propio ritmo. Sucede lo mismo para las importaciones y despachos de aduanas. Cuidado.
6. No es oro todo lo que reluce
Argelia es un gran exportador de petróleo y gas, lo que hace que sus cuentas públicas estén muy saneadas y que la gran mayoría de inversiones se hagan con dinero público. Aun así, la caída del precio del petróleo durante los últimos meses ha paralizado muchas inversiones y muchos proyectos.
El sector de la construcción, uno de los más importantes durante los últimos años, da algunas muestras de fatiga, especialmente en la vivienda libre.
Por otra parte, los próximos cambios legislativos parecen orientados a la limitación de las importaciones, con el objetivo de promover la inversión industrial y la fabricación nacional.
7. No juegas en casa
El estado argelino siempre barre para casa. No sólo estás en inferioridad a la hora de crear una sociedad, como te decía anteriormente, sino que ante cualquier dificultad estarás un paso por detrás. La mejor forma (si no la única) de ganar un litigio a un argelino en su país es no iniciarlo. Para ello, rodéate de buenos profesionales y extrema las precauciones cuando llegues a acuerdos comerciales.
Además, los argelinos conocen muy bien España y son conscientes de que su país es un mercado potencial muy interesante para nosotros. Son duros negociadores y conocen bien su negocio y su mercado.
Foto: Guadalupe Cervilla