Todos queremos encontrar lo que nos hace felices y frecuentemente pensamos que es difícil obtenerlo. Esa idea junto con el estrés ocasionado por el trabajo puede hacernos pensar que es aún más complicado de lo que es en realidad. Para convertirnos en personas felices, necesitamos estimulación positiva y hay ciertas actividades que puedes realizar para ser más feliz durante tu jornada laboral:
Ten la oficina cerca de tu casa
Dos horas de desplazamiento al trabajo es demasiado. Es importante vivir cómodo pero, según Johan Leher y el psicólogo Ap Dijksterhuis, vale la pena pasar menos tiempo en el coche o en el metro. De acuerdo con su teoría, solemos cometer un error de valoración, solemos preferir un piso con dos baños o un cuarto de visita más grande -por si viene algún familiar- y pensamos que hora y media de camino a la oficina no es tan grave.
La verdad es que ese trayecto diario puede tener un impacto significativo en nuestra felicidad. Son dos viajes al día, cinco días a la semana (o más siendo emprendedor) que pasas en el metro o en la carretera. La fluctuación entre un día bueno en que no hay casi tráfico o en que el metro llega puntual y un día pésimo en que el retraso es de 20 minutos y los vagones van repletos, hace que llegues a tu trabajo irritado y a la larga afecte a tu felicidad.
Disfruta del buen tiempo
El trabajo es importante y hay veces en que hay tanto trabajo que no te despegas del ordenador o no tienes tiempo para un descanso. Hay que encontrar la manera de encontrar algunos minutos para tomarse un respiro y, si hace un buen día, absorber un poco de la naturaleza. En esta línea y de acuerdo con un estudio de la Universidad de Sussex, realizado por el Doctor MacKerron, estar en un ambiente natural te hace más feliz.
“Hay, por lo menos, tres razones por las cuales estar en ambientes abiertos está relacionado con la salud, el bienestar y la felicidad. Estos ambienten reducen estrés; tienen menos ruido y polución”.
Se han realizado varios estudios en los que se ha comprobado que pasar al menos quince minutos en el exterior, recibiendo un poco de sol, impulsa el buen humor y mejora la memoria. Aprovecha la hora del almuerzo o un momento que tengas libre y durante unos minutos, siéntate en un banco a respirar la naturaleza.
Sonríe y alivia el malestar
Ya sabemos que sonreír en el trabajo tiene un efecto de alivio y felicidad inmediato. Pero han realizado estudios en los que se verifica la necesidad de respaldar esa sonrisa con pensamientos positivos.
“Muchos empleadores pueden pensar que hacer que sus empleados sonrían es bueno para la empresa, pero no es necesariamente el caso. Sonreír solo porque sí puede llevar al agotamiento emocional y alejamiento y eso es malo para la empresa”.
Por otro lado, se ha demostrado que sonreír puede ayudar en la atención, facilitarnos el desarrollo de tareas, aliviar dolores y puede ser tan reparador como dormir. Piensa en cosas positivas que te generen sonrisas: busca un recuerdo de la infancia o un episodio gracioso que te dibuje una sonrisa en la cara, ve un video simpático o lee alguna noticia que te haga feliz.
Sé agradecido
Puede parecer algo tonto, pero agradecer las cosas positivas que tienes en tu vida tiene un efecto inmediato en tu bienestar y en tu felicidad. Cuando estés agobiado en el trabajo, simplemente anotar en un diario o en una hoja las cosas por las cuales estás agradecido, compartir una experiencia positiva que te haya sucedido con algún compañero o mostrar gratitud cuando recibes ayuda puede cambiar tu día entero.
Existen experimentos que demuestran que tomar conciencia de las cosas positivas de tu vida reporta beneficios emocionales e interpersonales en el día a día y puede disminuir el estrés y la depresión. Por ejemplo, cierra los ojos un momento y agradece que tienes una casa, una cama, un perro e incluso, por qué no, una conexión a Internet que te permite descubrir cosas nuevas. Quizás con este ejercicio también pongas en práctica el punto anterior.
Duerme y evita reacciones negativas
Conocemos los beneficios de un sueño conciliador para nuestro cuerpo, pero dormir bien también afecta a nuestra felicidad. De acuerdo con Po Bronson y Ashley Merryman, si se duerme poco, se ve afectada de una forma significativa la parte del cerebro que procesa los estímulos positivos. Por lo tanto, al dejar de dormir las personas tienen más dificultad para recordar pensamientos placenteros.
En otro estudio realizado por el Laboratorio del Sueño y Neuroimágenes se comprobó que el sueño afecta a nuestra sensibilidad e induce a sentimientos negativos. Utilizando una máscara de reconocimiento facial en 23 participantes que durmieron una siesta de 90 minutos y otros 23 que no lo hicieron, se estudió su sensibilidad antes las emociones negativas y positivas y se llegó a la conclusión de que aquellos que no tomaron la siesta fueron más vulnerables a sensaciones como miedo y rabia y los que sí durmieron aumentaron sus sensaciones de felicidad.
Dormir bien no solo te hace más feliz, sino que repercute en tu desempeño en el trabajo y en tu productividad, así que ya sabes…
Foto: jessicahtam