Diez pasos para el empoderamiento del emprendedor

Empoderamiento del emprendedor

Quienes estén viviendo de su propio proyecto o pretendan hacerlo en un futuro próximo estarán de acuerdo con que emprender no es la aventura edulcorada que nos intentan vender. No es fácil, ni sencillo y está muy alejado del modelo “Mr. Wonderful” que muchos consideran su ideal.

Pero, dejando atrás esta visión, emprender requiere de un proceso de afirmación personal, de crecimiento profesional imprescindible para mejorar nuestras capacidades y servicios.

Es este proceso el que se entiende como empoderamiento. Te desvelamos los pasos que debes seguir para empoderarte como emprendedor. Desde la especialización de servicios a la capacidad de ser selectivo y decir no a clientes tóxicos. Ser dueño de tu propio proyecto comienza por marcarte una guía y una estrategia.  Lee estos 10 pasos y luego decide:

1. Tú eres tu activo, créetelo 

Que levante la mano quien no se haya ahogado en su propio mar de dudas hasta el punto del bloqueo.

El primer paso que debes anclar en tu aventura emprendedora es tu seguridad en el valor que aportas. Cuestionarse uno mismo constantemente no solo merma la capacidad de negociación con los clientes, también te hace ser menos competitivo: da la peor versión de ti mismo.

Tus habilidades, conocimiento y formación son las que pones a disposición de los demás, y esa es tu fortaleza. No te autosabotees, minusvalorando lo que haces en tu emprendimiento. 

2. Adiós al síndrome del impostor

Si el camino de emprender es sacrificado y difícil, cuando se presentan los éxitos, por pequeños que sean, hay que saber saborearlos. Pensar que no son merecidos arruina la confianza en la actividad que realizas. Aprende a incorporarlos a tu bagaje, enriquecerá tu perspectiva. 

Exigencia, sí. Desconfiar de tus logros, no.

3. Diagnostica tus servicios core

¿Sabes exactamente cuáles son los servicios más demandados por tu audiencia, aquellos que más beneficios te aportan, los que mejor funcionan, en los que eres realmente bueno?

No se trata de vender muchas cosas, de ofrecer muchos servicios. Se trata de centrarte, de especializarte en aquellos en los que tú aportas lo mejor de tu actividad, lo mejor de ti mismo.

4. Define tu especialización

Una vez localizados estos servicios, define tu especialización. No es algo que surja repentinamente, es un proceso de investigación, análisis y de rodaje personal y profesional. 

Especializarte te ayudará a tener tu propio método, a tener contempladas las diferentes fases y etapas para lograr los objetivos y a automatizar los procesos.

No puedes ni debes abarcarlo todo. No puedes ni debes llegar a todo el mercado, entre otras cosas porque cada vez que empieces un proyecto, tendrás que empezar desde cero.

5. Crea tu propia estrategia

Si tu plan consiste en aceptar todo el trabajo que te llega, sin estrategias, sin objetivos, sin planificación, sin metas, te impedirá tener una visión global de tu proyecto.

No sabrás en qué fase te encuentras, ni si estás cerca o alejado de conseguir tus propósitos.

Todos hemos aceptado trabajos que no eran muy rentables, para salvar la contabilidad del mes a mes, pero precisamente para alejarnos de ese escenario, debemos crear nuestra propia estrategia, con fases y ciclos definidos, con metas, acciones y objetivos. 

6. Fija tu horquilla de precios

Tus servicios tienen un valor y un precio y lo marcas tú. Referénciate con respecto al mercado para saber si estás en línea, pero más allá de esto, tus precios son innegociables.

Por qué no deberías cobrar por horas si eres autónomo o freelance

Las tarifas no se personalizan ni tampoco se adaptan a los recursos del cliente. Y si no piensa en una cosa: cuando vas a cenar a un restaurante, no negocias luego la cuenta según la disponibilidad de tu saldo, ¿verdad? Pues esto es lo mismo.

Una buena estrategia de precios es contemplar diferentes paquetes por servicios. De esta manera, ofreces varias opciones para distintos recursos.

7. Sé selectivo, di no a los clientes tóxicos

Una de las mejores oportunidades que ofrece trabajar para uno mismo es decidir qué trabajos aceptas y cuáles no. Sé selectivo y acepta trabajos con los que te sientas implicado, en los que haya empatía con el cliente o al menos cierta sintonía. Y esto no significa, empatía personal, sino empatía con tu forma de trabajar, con tu método y tus precios.

Un cliente que comienza a cuestionar tu forma de trabajo o a regatear tus tarifas te generará estrés y frustración. Decir no a tiempo te ahorrará muchos sinsabores.

8. Sal fuera del modo multitarea

No sé en qué momento de la película nos han vendido que hacer varios procesos al mismo tiempo es más eficiente. Pues no, no lo es. Para ser productivo con tu tiempo y tu trabajo, no te disperses en varios proyectos. No significa que no saques varios proyectos en un periodo de tiempo determinado, pero dedica a cada uno su tiempo correspondiente.

Evitar puntos de fuga y establecer pautas de atención en tus tareas te ayudará a ser más eficiente.

9. Márcate un horario

Fíjate un horario y, lo más importante, ¡cúmplelo! Sin una jornada, lo más probable es que acabes trabajando todo el día. Si estipulas que tu horario es de 8 a 6, intenta cumplirlo. Desconectar y disfrutar de tu tiempo de ocio te ayudará a ser más productivo.

10. Y siempre, siempre, actualízate

Escucha siempre al mercado, ve en línea con él y ofrece lo que requieren tus clientes. Cuanto más innovador seas en tus productos y servicios, más oportunidades tendrás de destacar y afianzar tu propia marca.

Después de leer esto, pregúntate si realmente eres un emprendedor empoderado o si deberías comenzar a marcarte tu propio camino para conseguirlo.

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