El verano enfría las ventas por Internet. Se trata de una época de vacaciones, desconexión, baños entre olas, zambullidas en la piscina o escapadas a la montaña; en la que se realizan menos compras a golpe de clic y uno se despega un poco del otro lado de la pantalla.
Ocurre en todos los sectores, o al menos en la mayoría. Y es que los consumidores, alejados de la mundana cotidianeidad, se muestran menos receptivos ante los intentos de persuadirlos para que llenen sus carritos de la compra, y ello puede lastrar las cuentas y los balances de algunas tiendas online.
De ahí la importancia de adaptar las comunicaciones a los meses estivales, de usar un lenguaje fresco que baje una temperatura elevada, de utilizar expresiones más desenfadadas y de aprovechar para introducir promociones u ofertas que mantengan el vínculo con el consumidor.
No obstante, Jordi Vives, country manager de Trusted Shops España, comparte las cinco principales claves para que los comercios mantengan su ritmo de ventas por Internet durante el verano:
- No cerrar la tienda online por completo. En ocasiones, el «modo de mantenimiento» hace que la tienda online desaparezca totalmente de las pantallas, que los contenidos dejen de estar disponibles e incluso que el posicionamiento web conseguido con tanto esfuerzo caiga rápidamente, además de generar confusión en los clientes que quieran visitar la página web. Por ello, Vives advierte de que la tienda nunca tiene que desconectar 100% de la red, ni siquiera temporalmente. En cualquier caso, resulta fundamental que si se mantiene abierta, aunque sea parcialmente, pueda ser atendida de forma eficiente.
- Recompensar a los clientes por la espera, si los procesos del ecommerce se ralentizan como consecuencia de la llegada del verano. En este sentido, desde Trusted Shops España recomiendan avisar de las vacaciones con un descuento o con el envío gratuito de pedidos, lo que será valorado de forma muy positiva por los consumidores y puede servir incluso para ganar nuevos clientes.
- Buscar un sustituto. Antes de hacer las maletas y de desaparecer unos días del mapa, los dueños de los ecommerces pueden buscar una persona capaz de sustituirlos con garantías. Y es que el hecho de contar con un sustituto que pueda asumir parte del trabajo durante las vacaciones, aunque sea de manera parcial, puede reducir los posibles retrasos en la comunicación y los envíos. Eso sí, Vives alerta de que el sustituto debe ser de total confianza y conocer a la perfección el día a día de la tienda online.
- Avisar de las vacaciones: Los dueños de los ecommerces deben dejar constancia a sus clientes de su ausencia por vacaciones. Y para ello es recomendable configurar un aviso visible en todas las páginas del site, para no dar lugar a error. De esta manera se evitan reacciones negativas en el consumidor de cara a futuras compras.
- Dar la máxima información a los clientes sobre los cambios que vayan a tener lugar en el ecommerce durante los meses de verano. Entre ellos cobran especial importancia las variaciones en los tiempos de entrega. Es necesario avisar de todas las modificaciones en el site, como mínimo con 14 días de antelación y de forma claramente visible, aprovechando todos los canales de comunicación posibles, para prevenir a los clientes y que puedan planificar sus compras sin afectar a la credibilidad del ecommerce.
Por su parte, Víctor Rodado, cofundador de Minimalism Brand, nos ofrece los siguientes cinco consejos para que los ecommerces no se resientan en verano, ni se sofoquen ante el descenso de la actividad:
- Diversificar el tráfico fuera de España. Rodado asegura que en países como Francia, Alemania o Reino Unido la gente se va de vacaciones entre junio y julio, y no tanto en agosto. Asimismo, abrir las fronteras hacia otras áreas geográficas, como Latinoamérica, Asia o Norteamérica, puede ayudar a paliar el problema.
- Aprovechar la etapa de rebajas. El cofundador de Minimalism Brand anima a hacer descuentos inteligentes durante este periodo que dejen algún margen de beneficio y, al mismo tiempo, lleven a realizar compras impulsivas, se preste o no el producto a ello.
- Innovar y probar. Hay que aprovechar estos meses en los que se produce una cierta ralentización de las ventas para llevar a cabo estrategias distintas a las que se realizan habitualmente durante el resto del año. Y entre ellas remarca las siguientes: hacer crecer la comunidad en redes, testear un producto antes de su lanzamiento, rediseñar la web, etc.
- Ampliar las vías para captar tráfico. Teniendo en cuenta que en verano se incrementa el comercio móvil, es un buen momento para crear landing pages que ayuden a convertir mejor o para probar otro tipo de canales de ventas y atracción de usuarios, como las stories de Instagram. Hacer patrocinios de bases de datos o de emailings también puede contribuir a este objetivo.
- Apostar por las compras impulsivas. Pese a que, por regla general, durante el verano las ventas del comercio electrónico caen, siempre hay excepciones. Y es que algunos tipos de ecommerce mejoran sus resultados al calor del estío. Es el caso de los productos que se compran por impulso, cuyo comercio crece porque se incrementa el tráfico móvil, según Rodado. Es decir, durante estos meses pueden aumentar las adquisiciones desde smartphones y tablets, a golpe de clic, bajo una sombrilla clavada en la orilla del mar o sobre la cima de una recóndita montaña.
Sea como fuere, lo más trascendental pasa por informar convenientemente a los clientes del estado del ecommerce, ya se trate de un cierre o de un frenazo de la actividad. Rodado explica que así los cambios que pueda ocasionar la época estival no les pillarán por sorpresa, ni truncarán sus planes de compra online. “Tanto si el ecommerce se cierra por completo como si se prevén retrasos en los plazos de entrega, o cualquier otra modificación en la actividad normal con motivo del verano, la clave siempre es informar y avisar a los clientes de forma transparente”, apostilla.