Una nueva generación de centros de demostracionesGuillermo Bataller 28 septiembre, 2016 Hoy no solo escribo sobre la creación de un nuevo espacio de innovación tecnológica; el “renacimiento” del Centro de demostraciones de Telefónica en su sede central en Madrid representa el nacimiento de una nueva generación de centros demostrativos. Se trata del primer espacio de innovación en España con la propuesta más completa de transformación digital para las empresas. Pero os argumentaré por qué estoy seguro de esta afirmación. Protagonismo de las personas En 2003 comencé mi relación con los centros de demostraciones. Por aquel entonces, pocos eran los espacios tecnológicos en Europa (ni qué decir en España) que trataban de acercar los desarrollos tecnológicos vinculados con las tecnologías de la información y la comunicación. En aquella época dedicaba mis esfuerzos, por un lado, a dar soporte técnico y atender visitas en el centro de demostraciones que Telefónica tenía en la Puerta de Alcalá y, por otro, a absorber ideas sobre cómo mejorar la experiencia de los visitantes al centro. En ese afán por tratar de buscar mejoras empecé a investigar qué otros centros había en aquel momento. Como ya he dicho, antes de 2005 eran más escasos. Algunas compañías, en las instalaciones ubicadas en parques tecnológicos, como mucho, disponían de salas confortables en las que se reunían con sus clientes o potenciales clientes para transmitirles -con mayor o menor acierto- los desarrollos tecnológicos que podrían mejorar sus procesos si los implantaban. Recuerdo la visita a uno de estos espacios en las afueras de Londres. La sala, enmoquetada, albergaba varias pantallas, alguna de ellas táctil, y algunos dispositivos de medición médica que, gracias a la conectividad, mostraban los datos biométricos en un portal web. Mientras un especialista nos explicaba las partes de que constaba el sistema, podíamos observar en otra pantalla las mejoras porcentuales que representaba la implantación de este tipo de desarrollos. Tras ver una demo, con su discurso asociado, pasábamos a otro espacio, en el que se mostraba otro desarrollo, en este caso basado en sensores, para poder conocer en todo momento la ubicación de activos o valores en un almacén. Y así, durante una mañana, anduvimos visitando espacios con sus desarrollos y sus particulares especialistas que abundaban en las bondades de cada tecnología. Otra vez, al sur de Francia, visité un espacio de innovación desde el punto de vista de una consultora. Aquí vi una cierta tendencia a acercarse al negocio de la empresa visitante; pero he de decir que lo que más me gustó fue la ubicación de las instalaciones. Pude hacer más visitas. En 2006 conocí la propuesta de espacio de innovación de más de un operador de telecomunicaciones en Asia y también la que se estaba llevando a cabo al otro lado del mundo, en las proximidades de San José en California. Lo más importante de estos viajes, además de conocer a colegas de profesión, fue el descubrimiento que hice. Un descubrimiento en el que me pude ver a mí mismo como cliente y como visitante de dichos espacios. Y ahí es en donde me di cuenta que radicaba el quid de la cuestión. A la vuelta de aquel periplo, concentré mis esfuerzos de “transformación”, no en lo que, como Telefónica, creábamos como servicios o soluciones, no en buscar la mejor pantalla táctil sobre la que mostrar las mismas cifras porcentuales de reducción de costes, etc. No. Nada de eso. Empecé a pensar en el cambio observando a las personas que venían al centro. Me fijaba, y lo sigo haciendo, en cada detalle, en tratar de escuchar más, de leer entre líneas la conversación que se mantiene en la visita. La clave es entender sus necesidades. Con esa visión, me confiaron la coordinación de la creación de nuevos espacios demostrativos en Telefónica. Abandonamos el centro ubicado cerca de la Puerta de Alcalá y creamos uno nuevo en 2007 en la sede central al norte de Madrid. Luego vinieron los de Barcelona, Santander, Alcalá de Henares (en las instalaciones del Data Center de Telefónica). Incluso desde Etisalat se solicitó que asesorara en la creación de su centro de demostraciones en la sede de Dubai. El poder transformador de la tecnología en un espacio muy singular Y, con todo esto, llegamos a marzo de 2015. Volvía del Mobile World Congress con la cabeza repleta de ideas, y las piernas tremendamente cansadas, cuando se me planteó un nuevo reto creativo: la transformación completa del centro de demostraciones de Madrid. En la actualidad la situación en relación con los centros de demostraciones es muy diferente a la que comentaba antes. Casi podría decir que hay un centro de innovación en cada esquina. Consultoras, fabricantes, vendedores, operadores, bancos, energéticas, hasta ciudades, disponen de sus propios centros de demostraciones, innovation centers , experience centers, etc. ¿Por qué tanto despliegue ahora? Sin duda alguna, por la incertidumbre. Por el desconocimiento ante una nueva realidad. Las empresas y organizaciones de hoy en día están obligadas a practicar, al menos, tres posiciones nuevas en la tabla de ejercicios que supone la supervivencia empresarial. Y esos músculos, esos ligamentos, no tienen la suficiente flexibilidad… y el proceso duele. Una de las posturas ha de estar encaminada a la permanente escucha de sus clientes que, desde hace años, superan en mucho la capacidad digital y tecnológica que, de media, tienen esas empresas u organismos. Todo un reto. Otra postura es la que fuerza a que exista una permanente eficiencia en todo lo que se lleva a cabo dentro de cualquier empresa u organización. Y, por si esto fuera poco, viene un ejercicio que, por su complejidad y desconocimiento, está al alcance de pocos contorsionistas. Es la posición que mantiene segura y confiable a la empresa en un mundo en el que por cualquier lado su valor y credibilidad se podrían ver atacados. Con estas nuevas reglas del juego, no es de extrañar que se busque con afán un momento y un espacio en el que tratar de explicar, con tecnología y nuevos modelos de negocio, cómo afrontar los cambios que es preciso llevar a cabo. El nuevo centro de demostraciones de Telefónica es el ágora en el que empezar a caminar una nueva ruta con los que nos visiten. Una ruta de cambio, de renacimiento, de transformación. Una transformación que hace uso de las palancas tecnológicas. Y tengamos clara una cosa: la transformación no es la evaluación de una foto fija o la determinación de una serie de fórmulas mágicas; no. La transformación es un camino, un tiempo, una evolución constante, un acompañamiento en el cambio. El que hoy se inaugura es un espacio más interactivo, donde los desarrollos se presentan de forma más clara, auto-contenida y cercana. Un centro lleno de luz creativa que alberga diferentes tipos de espacios, capaces de responder de forma flexible a las necesidades de conocimiento del visitante. Y, hablando de flexibilidad y creatividad, vimos claro que había que incluir en el nuevo centro un singular espacio en el que recorrer varias rutas de transformación. El visitante puede, así, seleccionar el recorrido que, paso a paso, le irá mostrando el magnífico poder de transformación de la tecnología. Una transformación que ayudará a sortear dificultades y a adoptar las nuevas “posturas” necesarias para liderar el cambio. Hay más espacios, muchos lugares estimulantes que despertarán la curiosidad y el interés de los visitantes pero el nuevo centro de demostraciones de Telefónica es el que dispone, sin duda, de la propuesta más completa para caminar la ruta de la transformación digital. Con él nace una nueva generación de centros de demostraciones. Imagen: Espacio de innovación de Telefónica. La seguridad en el ADN de los servicios cloud y servicios de seguridad desde la nubeIndustria del videojuego en España: una gran partida con importantes retos
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