Siempre que se habla de supermercados pensamos que la clave para vender reside en la calidad y en los precios bajos. Pero a los consumidores les interesan también otros factores como la innovación, la cercanía, la omnicanalidad y, cada vez más, el compromiso del establecimiento con el medioambiente.
Y para ello es necesaria la transformación digital, la tecnología, que es el denominador común de los tres supermercados más exitosos en nuestro país.
Calidad global
Mercadona es el supermercado líder en España, con más del 25 por ciento de la cuota de mercado. ¿Cuáles son sus fortalezas?
Por encima de todo, la calidad. Su eslogan inicial, “precios siempre bajos”, fue cambiado por “supermercados de confianza”, porque lo que prima ahora no es el precio, sino la calidad y el culto a la salud.
La innovación. No solo ha renovado integralmente la imagen de sus tiendas, sino que constantemente incorpora nuevos productos, como comida japonesa, productos frescos, más platos preparados (adaptándose a una población que cada vez cocina menos), y quizá lo que más se asocia a Mercadona: toda la gama de productos sin gluten o sin lactosa.
Gran parte de su laboratorio de ideas procede de las sugerencias que hacen los propios clientes. Si les parecen interesantes, las ponen en práctica en algunos puntos de venta. Y si funcionan bien, las hacen extensivas a todas sus tiendas.
Y, por último, la tecnología. Utiliza un software de SAP, en un modelo de pago por uso, para analizar sus ventas y predecir las necesidades de sus supermercados. Con él puede conocer en tiempo real qué productos se demandan más y cuáles pueden llegar a faltar en cada tienda, lo que le permite optimizar la gestión de sus almacenes y el aprovisionamiento de sus supermercados.
Omnicanalidad: el cliente es lo primero
El segundo puesto es para Carrefour, aunque a bastante distancia del primero, con menos del 9 por ciento de la cuota de mercado.
La calidad también le importa. Su última apuesta ha sido la incorporación de productos gourmet y “bio”, lo más naturales posibles y respetuosos con el medioambiente.
Su éxito se debe a la apuesta por la omnicanalidad. Combina sus hipermercados con supermercados y tiendas más pequeñas distribuidas por los barrios y en gasolineras, que tienen menos productos pero abren más horas.
Además, lidera la transformación digital del sector, tras haber renovado su página web, con la que ha logrado un incremento significativo de sus ventas online.
Ha incluido la inteligencia artificial en su cadena de suministro. Con ella puede saber en tiempo real qué productos están a punto de caducar y reducir el desperdicio de alimentos.
Fidelización de clientes
Pese a las pérdidas registradas en 2019, Dia continúa manteniéndose en el tercer puesto, con una cuota de mercado del 7,5 por ciento.
Su programa de fidelización, el Club Dia, activo desde 1998, es lo más destacable de esta cadena de supermercados.
Gracias al big data y la analítica, obtiene información muy precisa y valiosa de cada cliente: qué productos compra más, con qué frecuencia, si se centra solo en los productos con descuento, cuál es su gasto medio, etc.
Ello le permite ofrecer a cada cliente descuentos diferenciales en productos relacionados con los que compra habitualmente, pero que aún no consume, lo que a la larga supone una mayor cesta de la compra.
Supermercados: un futuro tecnológico
La tecnología cada día nos sorprende con algo nuevo. En el ámbito de los comercios la evolución ha pasado por la compra online, las cajas autoservicio, el pago con el móvil, etc. Pero aún quedan muchas cosas por llegar.
Inteligencia artificial para detectar posibles robos
Ya se ha probado en algunos comercios de Japón con una fiabilidad del 81 por ciento. Se trata del software Vaak Eye.
Este sistema se basa en el streaming de cámaras de seguridad en tiempo real. Monitoriza a los usuarios que entran al supermercado y permite recabar información sobre su sexo, edad, los productos que más compran, el tiempo que tardan en comprar y el gasto medio que realizan.
En cuanto a la posibilidad de detectar con anticipación si el visitante tiene intenciones de robar, este software analiza el comportamiento del usuario, si parece nervioso, si mira a las cámaras o a los lados con frecuencia y, por supuesto, si esconde algún producto en su abrigo o en otro lugar.
Supermercado físico sin cajas
Amazon lanzó el primer supermercado de este tipo, Amazon Go, en enero de 2018. El usuario no necesita pasar por la línea de cajas para pagar. Le basta tener la app de Amazon en su móvil y, mediante sensores y cámaras, es posible saber qué productos está metiendo en su carrito. Al salir del supermercado, el sistema carga en su tarjeta bancaria el importe de lo que ha comprado.
Panasonic ha implementado un sistema similar, Regi-robo (TM), que utiliza etiquetas RFID, y que ya ha sido probado en algunos comercios de la cadena Lawson en Tokio.
Se basa en una cesta de la compra especial en la que los usuarios introducen los productos que quieren comprar, todos ellos con etiquetas RFID. Al llegar a la caja, automáticamente los productos se vuelcan en una bolsa y en una pantalla se refleja el importe que se debe pagar, después de que un lector haya escaneado los precios. Todo ello sin la intervención de ningún empleado.
Reparto a domicilio en coches autónomos
El auge de la venta online ha ampliado el trabajo de reparto de pequeños paquetes a particulares, que realizan los trayectos en moto, en coche o incluso en bicicleta. Pero la novedad llega de la mano de los coches autónomos.
La cadena de supermercados Fry’s Food, en Phoenix, Estados Unidos, ya hace repartos a domicilio mediante coches autónomos de la empresa Nuro.
El modelo Nuro R1 es un vehículo autónomo eléctrico, que alcanza una velocidad máxima de 40 km/h. En él solo caben mercancías pequeñas; no hay espacio para el conductor ni para ningún pasajero.
El proceso de entrega es sencillo: los clientes del supermercado, tras hacer un pedido, reciben un SMS cuando el paquete está en camino, y un segundo mensaje cuando ya está en su puerta. A continuación reciben un código para poder abrir el vehículo y coger su paquete.
Supermercados adaptados a la tercera edad
La localización de los productos y el etiquetado de los mismos suponen un gran hándicap para las personas mayores. No pueden leer bien los carteles ni la composición de los productos, se cansan más y requieren ir con más frecuencia al baño, solo por citar algunas de las incomodidades que conlleva cumplir años.
El envejecimiento de la población no es solo un problema en España, sino también en la mayor parte de los países europeos, en Estados Unidos y en Japón.
Accesibilidad, carteles sencillos, letras grandes, zonas de descanso y aparcamientos cercanos serán algunos de los elementos que deberán tener en cuenta los supermercados del futuro, si quieren captar a este segmento de población cada vez más creciente.
Imagen de portada: Violetta
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