El mes que viene se inaugurará el primer Espacio Integrado Inteligente (EII) de Europa en Alcalá de Henares. Impulsado por el CENTAC (Centro Nacional de Tecnologías de la Accesibilidad), y con el respaldo del Ayuntamiento de la localidad y diversas empresas, entre ellas, Telefónica, este espacio dispondrá de las tecnologías necesarias para que cualquier persona, con independencia de sus capacidades, pueda interactuar y disfrutar con el entorno urbano.
El proyecto se fundamenta tecnológicamente en dos ejes: por un lado, aplicaciones para dispositivos móviles y, por otro, la utilización de distintas tecnologías para hacer “inteligente” a la ciudad, cuyo alcance incluye desde semáforos, taxis y plazas de aparcamiento hasta geoposicionamiento para invidentes.
Pero este ejemplo no es aislado y son muchas las instituciones y empresas que están trabajando en este momento para aportar soluciones en este sentido.
A principios de abril se celebró TEDxLaMoraleja bajo el título “Construyendo el futuro”, y una de las ponencias, a cargo de Ignacio Alcalde (prestigioso urbanista de la Fundación Metrópoli), que llevaba por título Ciudades con alma, se centró en la importancia de las smart cities y destacó tres pilares fundamentales para un proyecto de este tipo: vinculación con el pasado/historia de la ciudad, las personas como eje del nuevo modelo de urbe y su proyección de futuro. Alcalde, además, ofreció un decálogo de recomendaciones para el éxito de una iniciativa de ciudad inteligente. En este mismo blog veíamos ya una hoja de ruta recomendable.
Otra de las intervenciones corrió a cargo de José Manuel Robles, de la startup Outbarriers, que ofreció una visión complementaria de una ciudad inteligente, con énfasis en la necesidad de que sean ciudades para todos. Y es que la tecnología ofrece la posibilidad de mejorar nuestro uso y aprovechamiento de las ciudades pero también abre nuevas posibilidades para integrar a aquéllos con limitaciones. En el caso concreto de Outbarriers, la idea original fue la de un grupo de amigos que decidió tratar de ayudar y mejorar la vida de Óscar, que es ciego.
El resultado es una aplicación que hace “visibles” los obstáculos e imperfecciones de la ciudad (escaleras, socavones…) a quienes no pueden verlos por sí mismos. El otro caso de uso actual de la herramienta es el programa “Comercios visibles”, que permite anunciar a los invidentes la presencia de un comercio cuando pasan junto a él y les proporciona información sobre la accesibilidad del mismo, ofertas, etc.
Resulta evidente que es posible mejorar la inclusión social en nuestras ciudades gracias a la tecnología. Y un proyecto de smart city debe contemplar siempre esta premisa porque desde las instituciones existe la obligación de construir ciudades para todos.
Imagen: IR Stone/shutterstock
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