La virtualización y los modelos cloud están forzando la evolución de las redes para poder soportar la transformación digital que las empresas deben acometer en este momento. Podemos ver dicha transformación como la suma de diferentes conceptos que paulatinamente se han ido incorporando a la estrategia de muchas compañías: SoLoMo, IOT, movilidad en su máxima expresión o el término ecosistemas.
Detengámonos brevemente en cada uno de ellos:
- “SoLoMo” es el acrónimo de Social, Local y Móvil, los tres aspectos que básicamente van a revolucionar tanto las comunicaciones como el marketing en los próximos años, dado que los clientes se relacionan con las marcas cada vez más a través de sus dispositivos móviles y de las redes sociales.
- IoT (Internet de las cosas) representa la evolución en la recolección de datos para mejorar, con su tratamiento y análisis, la posterior toma de decisiones en los negocios. Esta información permite a la empresa adaptarse rápidamente a las tendencias emergentes y participar en la generación de otras nuevas, anticiparse a los cambios e incrementar su competitividad en definitiva.
- La movilidad seguirá creciendo y tendrá un impacto cada vez mayor. Desde las áreas de ventas, a producción, seguridad u operaciones, los cambios se multiplican y algunos son francamente disruptivos.
- Los ecosistemas representan modelos dinámicos que evolucionan retroalimentándose, se trata de un nuevo entorno incrementalmente más productivo y sofisticado de colaboración y competición (“coopetencia”). Asistimos a una revolución de las plataformas digitales, que se están convirtiendo en las herramientas elegidas para construir una nueva generación de productos, servicios y ecosistemas completos en los mundos, tanto físico como digital.
Podríamos decir que las bases de la transformación en el “mundo TI” arrancaron en los data centers cuando se acuñaron términos tan usuales hoy en día como cloud privada, cloud pública, o cloud híbrida, que han dado lugar a nuevas necesidades y nuevas reglas en las redes: se empezó a hablar del ultra ancho de banda, de “lo flexible” (temporalidad de las cosas), de lo dinámico (tiempo real), de conceptos como la autoprovisión o autogestión), de “lo basado en software” , lo “virtual”, o de nuevos modelos de negocio tipo pago por uso. Todo ello ha impulsado a su vez la transformación en el ámbito de las redes y ha fomentado la aparición y uso de tecnologías disruptivas bajo el paraguas de las siglas SDN (Software Defined Networks) o NFV (Network Function Virtualization).
Sin entrar en mucho detalle técnico y usando como símil algo cercano, podemos comparar sus “tres capas” de aplicación, control e infraestructura (ver figura) con un portátil en el que, por un lado, están las aplicaciones, por otro, el propio hardware del equipo y, por último, el sistema operativo, que es el que hace que interactúen e operen entre sí los anteriores.
Podríamos, por tanto, afirmar que SDN será “el sistema operativo de las redes”.
Esquema oficial de arquitectura SDN del ONF (Open Networking Foundation)
Telefónica ha entendido e interiorizado la transformación, a partir de una evolución de las capacidades en cobertura, velocidad, simetría y movilidad de una red cada vez más robusta, hasta incorporar la tecnología SDN en el ámbito de su infraestructura de servicios. Que SDN tenga la capacidad de dialogar con la red de Telefónica representa un valor diferencial.
Por un lado, marca su transformación interna, con la aparición de nuevas formas de hacer las cosas (provisión, explotación, oferta, etc.), la evolución de los perfiles tradicionales en el ámbito de las redes hacia otros más orientados al software y programación, el replanteamiento de los modelos operativos y de ejecución, el acercamiento e interoperabilidad de áreas separadas hasta el momento, etc. y, por otro lado, se convierte en el soporte que la compañía ofrece a sus clientes para su propia transformación digital.
No obstante, en este proceso es preciso garantizar una transición compatible, que asegure la continuidad y compatibilidad de lo existente con lo nuevo, porque no puede haber parón alguno y las transiciones no son inmediatas, requieren de tiempo y fases.
Se plantean, además, nuevos modelos de servicios de comunicaciones: autogestionados por los clientes, con elementos on demand, o de pago por uso, por ejemplo.
SDN es una tecnología aún incipiente pero supone una innovación fundamental y, por ello, es objeto de interés de un ecosistema del que Telefónica forma parte, que tiene una apuesta decidida por avanzar en sus posibilidades.
Imagen: Automobile Italia

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