Pequeños cambios producen grandes resultados

Lluis Serra    21 abril, 2023
Pequeños cambios producen grandes resultados

Después de meses trabajando en el análisis y la ejecución del plan estratégico de una compañía en dificultades, estoy satisfecho, aunque no todo ha salido como lo predije, pero tenía margen de maniobra para modificar procesos y cambiar el rumbo de lo previsto. Sobre la marcha se pueden ir ajustando pequeños detalles del plan.

Durante estos meses el director general ha estado atento y, sobre todo, me ha dejado hacer y deshacer sin problemas, confiando en mi criterio. Creo sinceramente que a corto plazo se verán resultados, pero falta cambiar algo importantísimo para que a largo plazo vuelva a ser una empresa consolidada y líder del sector. 

Entre muchas otras cosas, el director general tiene la responsabilidad de cuidar la salud de los empleados para mejorar el bienestar, el clima laboral y la productividad, pero es vital que se cuide él primero. Así que conversé con él sobre algunos puntos que ayudarían a dar el último empujón al plan, aclarando que era mi opinión, no un consejo.

De jefe a líder consciente

Uno de los primeros ejercicios que le pedí fue que dejase de ser el jefe y que se convirtiera en un líder consciente. Un buen líder sabe dónde va, define el camino y marca las normas, comprometiéndose a cumplirlas junto al resto de empleados. 

Predicar con el ejemplo y cumplir a rajatabla los compromisos adquiridos conjuntamente. Saber comunicar y detener cualquier tipo de crítica ya sea del exterior (clientes y proveedores) o del interior (trabajadores y directivos) es clave para no “destruir” los avances.

Un comentario desafortunado puede interpretarse como una crítica y destruye todo lo conseguido hasta ese momento. Venga de donde venga, la crítica debe ser siempre constructiva e incorporar un factor de valor.

Rechazar la ayuda de los demás es un grave error. Dejar que las personas tomen decisiones, sabiendo que existe la posibilidad de fracasar tiene una doble ventaja. Por un lado, crece la confianza entre las personas, al sentirse importantes en la toma de decisiones y, por otro, elevan su grado de satisfacción personal si se consigue el éxito con su decisión.

Saber delegar genera unos valores de compromiso, sinceridad y confianza que ayudan a avanzar y, paralelamente, es el motor del rendimiento del equipo y la productividad. El reconocimiento del esfuerzo, el compromiso y la actitud en público contribuyen a mejorar la autoestima y la felicidad de todas las personas.

La vida de cualquiera, ya sea el directivo más alto del organigrama o la última persona en entrar en plantilla, se sostiene gracias a tres pilares: el personal, el familiar y el profesional. Que las responsabilidades profesionales sean la prioridad de tu vida es un error, porque descuidas a la familia y, lo que es peor, te olvidas de ti. Buscar un equilibrio entre ellas será lo que consolida una base firme.

Imágenes y palabras

Cuando nos levantamos por la mañana y somos conscientes de que estamos despiertos, las primeras palabras que pensamos nos marcarán ese día. Esas palabras se convierten en imágenes que nuestro cerebro procesa. Si le indicamos a nuestra mente qué queremos ver, podremos controlar nuestras vivencias.

Si te levantas por la mañana pensando que será un mal día, porque está lloviendo o hace frío, te aseguro que tendrás un mal día. Tu mente hace lo que cree que quieres que haga. Controla tu mente con las palabras que te dices y crearás las imágenes que quieres. 

Haz primero lo que no te gusta

Todos tenemos algo en concreto que no nos gusta hacer; lo vamos retrasando durante el día y a menudo lo dejamos para el día siguiente. La acción de retrasar por miedo o pereza tareas que deberíamos realizar cuanto antes se denomina procrastinar. Simplemente, significa dejar para mañana cosas que deberíamos hacer hoy. No hacerlo cuando es el momento provoca un estrés mental que afecta negativamente a las tareas que si nos apetece realizar.

Hay dos formas de solucionar la procrastinación. La primera es que cuanto más rápidamente hagas lo que no te gusta, mucho mejor para ti. La segunda es eliminar cualquier las emociones negativas que tienes asociadas a la tarea que no te gusta.

Toma decisiones diarias

Si queremos que algo nos dé un resultado diferente, debemos realizar acciones distintas. Las tomas de decisiones deben aportar acciones que mejoren las cosas que realmente importan, de forma ordenada y sistemática. Lo difícil no es decidir, sino dar el primer paso y esquematizar las tareas que debemos hacer para poder modificar unas formas de hacer que nos llevarán a situaciones que nunca hemos experimentado y que crean incertidumbre y a veces miedo.

Al ser diarias y ejecutadas por otras personas, las acciones deben ser planificadas y controladas. Los cambios son clave para conseguir que todo el proceso se convierta en un hábito, pero son decisiones que deben ir acordes con el plan estratégico.        

Valora y reconoce a tu equipo

Si nuestro plan estratégico está dando resultados diferentes y las cosas van bien encaminadas, es de vital importancia reconocer el trabajo del equipo que lo está consiguiendo.

Cuando ya se han hecho avances profesionales, es habitual que nos olvidemos del esfuerzo que se ha hecho para llegar donde estamos. Es en ese momento cuando no podemos perder la memoria y caer en el descuido de olvidarnos de quien nos ha ayudado a llegar hasta ahí.

Podemos motivar a los empleados con palabras, pero resulta más efectivo hacerlo con detalles reales y diarios que les ayuden a conseguir lo que realmente quieren. Está comprobado que la mayoría de nosotros queremos más autoestima y bienestar emocional, que con el tiempo se transforma en confianza inquebrantable en uno mismo, y que termina en una mejor calidad de vida y mayor productividad.

Desde hace años lo tengo más que comprobado y puedo afirmar que pequeños cambios producen grandes resultados.

Imagen de jcomp en Freepik

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