IoT y Big Data: los padres del carsharing

María Cascajo Sastre    22 octubre, 2018

La movilidad es uno de los principales problemas de las grandes ciudades. Cada día, millones de ciudadanos se ven atrapados en atascos. Aunque parezca difícil, esta realidad puede cambiar. La aplicación de Internet de las Cosas y el Big Data al mundo del carsharing nos ofrece una vía de mejora del tráfico urbano.

Las redes de telecomunicaciones producen cantidades ingentes de datos sobre nuestro día a día. Toda esta información, que necesita de técnicas de Inteligencia Artificial para ser procesada, es lo que se conoce como Big Data. A partir de su análisis se puede obtener información valiosa para una gestión más eficiente de la movilidad urbana.

La conectividad de smartphones y automóviles (Gartner estima que en 2020 habrá unos 250 millones de coches conectados en todo el mundo), junto con el tratamiento masivo de datos, permite poner en contacto a usuarios con empresas y calcular las rutas más eficientes para minimizar el tiempo de los desplazamientos.

Estas tecnologías han propiciado una evolución disruptiva del modelo rent a car hacia el carsharing. El concepto hace referencia al préstamo o uso temporal de vehículos puestos a disposición de los usuarios a cambio de una tarifa determinada, generalmente por periodos breves de tiempo y en ámbitos geográficos limitados.

Este sistema permite poner en contacto a usuarios con empresas y calcular las rutas más eficientes para minimizar el tiempo de los desplazamientos 

Carsharing se nutre de IoT y Big Data para la gestión centralizada de su flota de vehículos

Al igual que plataformas VTC como Uber o Cabify, las compañías de carsharing se sirven de IoT y Big Data para llevar a cabo una gestión centralizada de su flota de vehículos. Todo funciona con servicios de geolocalizaciónque proporcionan actualización constante del tráfico, lo que posibilita el envío de notificaciones sobre accidentes y otras incidencias, así como información sobre la localización de los automóviles disponibles.

Otra variante de coche compartido que se nutre de la innovación digital es el carpooling, es decir, la práctica de ir varias personas en un mismo vehículo pagando los gastos entre todos. Aplicaciones como BlaBlaCar ponen en contacto a usuarios que realizan trayectos similares todos los días, reduciendo así la cantidad de automóviles circulando de forma simultánea.

Además de ahorrar tiempo y costes en sus desplazamientos, es muy sencillo, rápido e intuitivo para los usuarios poder unirse a estas nuevas iniciativas. Todas estas empresas han desarrollado  aplicaciones móviles para facilitar a sus clientes su uso. Tan solo con su  smartphone pueden hacer el registro, seleccionar el coche, encontrar a los pasajeros que le acompañarán y elegir el destino.

Hacia una ciudad más sostenible

El modelo convencional de movilidad no es sostenible. La densidad del tráfico repercute en un aumento de la contaminación del aire que respiramos. No parece necesario que cada uno de los habitantes de la ciudad disponga de un vehículo en propiedad. Sobre todo, si se va a utilizar durante fracciones reducidas de tiempo a lo largo de la semana.

Los nuevos modelos de negocio basados en vehículos de uso compartido permiten a los consumidores pagar exclusivamente por el tiempo de conducción y ahorrarse los gastos de repostaje, seguro o mantenimiento. Además, facilitan la extensión de coches eléctricos por las ciudades.

El elevado coste inicial es el principal escollo para la extensión de este tipo de vehículos en el ámbito doméstico. Por ello, la creación y desarrollo de startups que los ofrecen es una gran noticia para la sociedad en su conjunto. Car2GoEmov o Zity son algunos ejemplos, pero también hay disponibles plataformas de motosharing que disponen de motos eléctricas de uso compartido.

Los nuevos modelos de negocio basados en vehículos de uso compartido permiten a los consumidores pagar exclusivamente por el tiempo de conducción y ahorrarse los gastos de repostaje, seguro o mantenimiento

La transformación digital ha llegado al mundo de los automóviles para quedarse. El desarrollo de la nuevas TIC proporciona nuevos hábitos más eficientes. Todo parece indicar que el pago por uso irá desplazando a la propiedad a la hora de desplazarse y que los vehículos no contaminantes continuarán extendiéndose por las megaurbes de todo el mundo.

La tendencia de futuro que nos ofrecen las tecnologías basadas en IoT y Big Data son los coches conectados, eléctricos y autónomos en el marco de ciudades inteligentes donde se registren en tiempo real los parámetros para una movilidad sostenible y siempre con el objetivo de mejorar y hacer más sencilla la vida de sus habitantes.

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