Grandes avances españoles en IoT

María Cascajo Sastre    16 octubre, 2018

Internet of Things está revolucionando el sector tecnológico mundial y España no se queda atrás. De hecho, es el quinto país europeo que más invierte en esta tecnología.

El mejor ejemplo de ello es la posición de Telefónica en el sector. La multinacional figura como ‘Líder’ del prestigioso Cuadrado Mágico de Gartner de servicios M2M, situándose a la vanguardia en su oferta de prestaciones para empresas e instituciones.

Debido al enorme potencial del Big Data para la mejora de la sostenibilidad, las ciudades españolas también están adoptando esta tecnología. A continuación, vemos algunos de los grandes avances españoles en IoT:

  • Madrid

La capital de España ha puesto en marcha una serie de medidas IoT para mejorar la movilidad y luchar contra la contaminación, entre las que se incluyen aplicaciones que informan del transporte público, semáforos inteligentes, detectores de la calidad del aire,  sensores que monitorizan el tráfico y las plazas de aparcamiento o la gestión inteligente de la iluminación y los recursos hídricos.

  • Barcelona

La instalación de unos 20.000 sensores que miden la calidad del aire, el tráfico o los medios de transporte público ha colocado a Barcelona como ejemplo mundial en IoT. Entre otras actuaciones, el ayuntamiento ahorra recursos con la telegestión de infraestructuras de riego automatizados y ha instalado ascensores inteligentes en el metro. Además, cuenta con un plan específico para la transformación digital: Barcelona Ciudad Digital.

  • Valencia

La capital de la Comunidad Valenciana ha centralizado toda su información municipal a través de la Plataforma VLCi (Valencia Ciudad Inteligente), una solución tecnológica de conexión única que ha logrado optimizar la gestión de áreas como el transporte, la energía, los servicios medioambientales y el gobierno abierto.

  • Málaga

El plan Smart City Málaga ha puesto en marcha equipamientos como farolas fotovoltaicas y eólicas que aprovechan el sol y el viento de forma eficiente, sensores medioambientales móviles, edificios inteligentes que ahorran energía, puntos de recarga para coches eléctricos y sensores en aparcamientos que indican las plazas libres.

  • A Coruña

Coruña Smart City pretende establecer un modelo de ciudad más eficiente y sostenible. El plan incluye la telegestión de la red de saneamiento y abastecimiento del agua, de contadores de luz y de sistemas de riego inteligente. A su vez, una red de sensores controla la calidad del aire, los niveles de ruido y sistemas de optimización de tráfico y de parking inteligente.

  • Santander

Santander ha sido una de las pioneras en la implantación de modelos inteligentes basados en el Big Data. El plan Santander Smart City ha dotado a la ciudad de una avanzada red de sensores que aportan información de gestión de residuos, de agua o de tráfico. Asimismo, una app permite a los ciudadanos reportar cualquier incidencia al consistorio.

  • Bilbao

El proyecto Bilbao Open Data ha puesto al servicio de los ciudadanos información útil para su día a día en tiempo real. Cuenta con aplicaciones como GeoBilbao o iBilbobus, que monitorizan el estado del tráfico, de la red de autobuses municipales, la existencia de obras o la ocupación de los aparcamientos.

  • Ávila

Mediante Smart Patrimonio, Ávila controla factores ambientales importantes para el estado de sus monumentos, como el nivel de humedad, de temperatura o de luz. Se aplica así la prevención de daños, mejorando la eficiencia y reduciendo costes en la conservación del patrimonio histórico y cultural.

Estos son solo unos ejemplos de la implantación de IoT en nuestro país. En total, la Red Española de Ciudades Inteligentes cuenta actualmente con 81 municipios. Aun así, se trata de una tecnología en constante evoluciónque tiene mucho desarrollo por delante. Todo parece indicar que la inversión seguirá creciendo en España durante los próximos años.

Los avances de IoT y su aplicación en el día a día de las ciudades no solo repercuten en beneficio del conjunto de la sociedad sino que mejoran la calidad de vida de los ciudadanos individualmente. Sus aplicaciones, tan a menudo orientadas a la eficiencia y la sostenibilidad de las ciudades, hacen también la vida más  fácil a las personas: ahorro de tiempo, acceso a la información desde sus dispositivos o asistencia personalizada que permite una mejor toma de decisiones son algunas de sus ventajas. En conclusión, un IoT al servicio de las ciudades es un IoT al servicio de las personas.

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