El universo gaming se transforma con IoT

Beatriz Sanz Baños    29 agosto, 2019

El debate está abierto entre los que opinan que la consola tradicional está muriendo y los que piensan que aún le queda mucho juego que dar. ¿Internet de las cosas puede ser su salvación? Los expertos piensan que sí.

En España, la industria del videojuego facturó más de 1.500 millones de euros el pasado año. Esta cifra nos da una pista del crecimiento que está experimentando el mundo del gaming en nuestro país, donde en los últimos 10 años los soportes, dispositivos y formas de jugar han cambiado.

Aunque las consolas y los juegos de ordenador aún son muy populares, la industria de videojuegos para móviles ha crecido exponencialmente con la irrupción de los juegos gratuitos. Además, a medida que más y más dispositivos se conectan a Internet de las Cosas, los desarrolladores han ido creando juegos y aplicaciones más sociales, enfocados en crear comunidades conectadas en las que se pueda interactuar.

El popular Pokémon Go! es un ejemplo de cómo IoT combinado con realidad aumentada ha incorporado la movilidad y, además, hace que los jugadores se sientan parte de la narrativa del juego. Hace unos años, para disfrutar de un videojuego había que estar conectado a una pantalla desde casa. Sin embargo, IoT permite que podamos salir a cazar Pokémon sincronizando la aplicación con el GPS, la cámara y demás sensores de nuestro smartphone.

Plataformas como Azure Service Fabric de Microsoft ayudan a recopilar datos de uso en tiempo real, que los desarrolladores pueden utilizar para crear experiencias más sorprendentes a jugadores similares en el momento. Actualmente, todos los títulos de Xbox como Halo y Forza utilizan IoT para mejorar la sensación de conectividad en sus partidas.

IoT también ha hecho posible la gamificación de ciertas actividades que forman parte de nuestra vida cotidiana. Por ejemplo, las aplicaciones de salud y bienestar intentan hacer que el ejercicio sea atractivo y divertido para sus usuarios. La app Zombies, Run! se enlaza con pulseras de actividad y con el smartphone para hacer que el usuario sienta que está corriendo para salvarse de los zombis y luchando contra el apocalipsis en sus carreras.

Los teléfonos inteligentes y las tablets contienen una variedad de sensores (cámaras, acelerómetros, sensores táctiles y de presión e incluso monitores de frecuencia cardíaca) pero los accesorios también han evolucionado y se han adaptado a la era de Internet de las Cosas.

Es el caso del traje ARAIG, un chaleco gaming con múltiples sensores y funcionalidades para hacer una experiencia de juego única. Tiene un transmisor que se conecta a la plataforma de juego y actualiza las características físicas y sensoriales del jugador. El traje, además, tiene altavoces con sonido Surround para una inmersión de audio completa y sensores de vibración en el torso y en los hombros para que el jugador experimente todas las sensaciones, como si estuviera dentro del juego.

El futuro de los videojuegos pasa por el cloud gaming y aquí es donde IoT tendrá un papel más relevante todavía. El juego en la nube permitirá a los desarrolladores saltarse plataformas como PlayStation, Xbox, iOS y Android, para conectar directamente con los gamers, todo ello gracias a las posibilidades que les aportará IoT.

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