El impacto de los robots en nuestras vidas en 10 años

Androides, robots, drones … suenan a futuro, pero son el presente. Ante ellos podemos adoptar dos posiciones: apreciar sus ventajas (ejecución de tareas monótonas o pesadas, por ejemplo)  o verlos como una amenaza no solo para nuestros puestos de trabajo –como la mayoría de la gente atisba- sino también como un peligro para la supervivencia de la raza humana, si los robots “toman el control y se rediseñan a sí mismos”.

Este mensaje tan apocalíptico no es el argumento de la película Terminator, sino el último aviso del astrofísico británico Stephen Hawking, quien recientemente ha aconsejado que los seres humanos empiecen a establecer colonias en otros planetas, debido al enorme peligro que suponen los avances en inteligencia artificial, que “podría ser más lista que nosotros” y desbancarnos.

Defensores o detractores, lo cierto es que los robots forman parte de nuestras vidas desde la Revolución Industrial (s. XVIII), y desde entonces han sido objeto de controversia. No hay duda de que tienen impacto en el empleo, pero ¿lo destruyen más que lo crean?

El panorama laboral en diez años

Uno de los estudios más recientes a este respecto es el del Pew Research Center que, en agosto de este año, publicó un informe con las predicciones de 1.896 expertos sobre el estado de la inteligencia artificial y la robótica en el año 2025 y sobre su repercusión en el empleo.

El 52 por ciento de los encuestados respondió que el impacto no será negativo por las siguientes razones:

  • Históricamente, la tecnología ha sido un creador de empleo, no un destructor.
  • Los avances tecnológicos crean nuevos empleos e industrias, aunque destruyan algunos de los existentes.
  • Hay ciertos trabajos que solo los humanos pueden realizar.
  • La tecnología no avanzará tanto en la próxima década como para impactar sustancialmente en el mercado de trabajo.
  • Nuestra estructura social, legal y regulatoria minimizará el impacto sobre el empleo.

Por contra, el 48 por ciento restante manifestó que todo lo que pueda ser automatizado se automatizará, y que la proliferación de “vida” artificial dará lugar a trabajos precarios y, para muchos, al desempleo de por vida.

De hecho, aseguran que esto ya está sucediendo y que va a ir a más. Todo lo anterior producirá un incremento de la desigualad por las rentas e ingresos. Es decir, un panorama desolador…

En lo que están de acuerdo todos los expertos es en que el sistema educativo no está preparando a la próxima generación de trabajadores para la tecnología.

Un ejemplo de ello es el estudio Employer Branding, que acaba de publicar Randstad, en el que queda patente que ya hay una brecha formativa y de especialización, por ejemplo, en España, donde el 43 por ciento de los procesos selectivos queda desierto por falta de candidatos que se ajusten al perfil requerido en la oferta de empleo.

Dónde están los robots ahora

La industria del transporte y la logística, la asistencia sanitaria, el sector servicios y las tareas del hogar son los sectores en los que los robots tendrán mayor incidencia.

En la mayoría de los casos se trata de tareas repetitivas, mecánicas y monótonas que se pueden encargar a seres no emocionales, que además no se quejan ni piden aumento salarial, como argumentan algunos de sus partidarios.

Si dejamos al margen los robots industriales, utilizados en las cadenas de montaje de las fábricas, existen diversos prototipos que ya se están utilizando sobre todo en el sector servicios. Estos son algunos ejemplos:

  • Robots de compañía y terapéuticos, como el japonés Paro (comercializado en España con el nombre de Nuke), específicamente diseñado para interactuar con personas dependientes.
  • Androides sexuales. El primero, Roxxxy, se dio a conocer hace cuatro años, tenía órganos sexuales y esqueleto articulado, aunque no se podía mover de forma autónoma y costaba entre 6000 y 8000 euros.  Desde entonces, se sigue investigando para asemejarlos más a los seres humanos y algunos expertos aseguran que serán algo habitual dentro de una década.
  • Robot-mayordomo. El pasado mes de agosto la compañía Savioke presentó su robot SaviOne, diseñado para entregar a los clientes de los hoteles pequeños objetos, como pasta de dientes o cuchillas de afeitar. Es capaz de desplazarse sin chocar con ningún obstáculo y entregar en el lugar indicado los artículos que porta en su interior.
  • Robot-camarero. El primero se presentó en Japón en el año 2010. Desde entonces han salido al mercado nuevos modelos, como los doce androides que integran la plantilla del establecimiento chino Robot Restaurant, y que hacen las veces de camareros, cocineros y encargados de puerta.
  • Androide-guía turístico. No es la primera vez que Japón utiliza este tipo de robots en museos, pero las dos androides "femeninas" presentadas el pasado mes de junio se asemejan tanto al ser humano que es difícil diferenciarlas desde lejos, ya que "solo de cerca se hace evidente su piel de silicona". Se pueden ver en el Museo de Ciencias de Tokio, donde desempeñan la función de guías turísticas.
  • Robots en almacenes. El caso más comentado es el de los 15.000 robots que Amazon acaba de instalar en diez almacenes de Estados Unidos, con los que pretende reducir el tiempo que tarda en enviar sus productos a los clientes.

Es innegable que todo apunta hacia una mayor automatización en todos los ámbitos, no solo en el futuro sino hoy en día, no en vano en 2013 se vendieron más robots industriales que nunca en la historia, sobre todo para el sector automovilístico, la electrónica, y la producción de plásticos y metales.

Por ello, una buena idea para las generaciones que próximamente se incorporarán al mercado laboral es que se especialicen en tareas difícilmente reemplazables por autómatas, como pueden ser las que requieren un alto componente emocional (cuidado de niños y ancianos, por ejemplo) o las muy tecnológicas, dado que se necesitarán expertos para mantener, reparar e incluso crear nuevos prototipos y seguir avanzando en el ámbito de la robótica, la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías.

Foto: epSos.de

Periodista. Ha trabajado en diferentes medios de comunicación generalistas y prensa especializada del sector Salud, así como en agencias como Burson-Marsteller y Ketchum SEIS. Actualmente es responsable del blog Think Big Empresas (Pymes), de Telefónica.

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