“Disfruta teletrabajando”: entusiasmo y método, las clavesMercedes Núñez 17 mayo, 2021 El teletrabajo ha sido uno de los grandes protagonistas de la pandemia y ha acaparado numerosos titulares. Pero recientemente me llamaba la atención que han sacado unas velas, «Eau d’office», que «huelen a oficina». No parece un aroma evocador, como el de los cítricos de la Riviera italiana o el de las notas marinas, la verdad. Pero hay quien no disfruta teletrabajando. De ahí que busquen rememorar ese “olor a una vida pasada”: al café de la máquina de vending, la comida recalentada en los microondas al mediodía o los efluvios de algunas concurridas salas de reuniones. Surgieron como la broma de una pareja estadounidense, quizá pensada para quienes han vivido la experiencia del teletrabajo desde casa con humor/horror, pero finalmente se han puesto a la venta (y agotado). Y no se queda ahí la cosa. Hay también una app gratuita, “I miss the office”, para recrear el ruido de la oficina en casa y que nadie eche de menos su cubículo. Son “sonidos reconfortantes”, como el de los teclados, una fotocopiadora, alguien masticando en la mesa de al lado, conversaciones de fondo y hasta la bronca de algún jefe, para que no falte de nada. Genera sonidos de manera aleatoria y, como en la vida de oficina real, hay momentos de tranquilidad y otros en los que reina el caos. “Disfruta teletrabajando”, se aprende a hacerlo En fin… Me quedo con “Disfruta teletrabajando”, el libro de mi compañera Virginia Cabrera, que es una guía práctica a la que ha dado forma con las enseñanzas de su propia experiencia de veinte años. El confinamiento le sirvió para reflexionar y sistematizar algunos útiles consejos. Es cierto que la pandemia ha supuesto para muchos un desembarco forzado en el teletrabajo, de la noche a la mañana, y esto explica que lo hayan vivido de manera traumática, como debatimos en su momento en este blog. Pero el mensaje de Virginia es que abre un mundo fascinante con ventajas para el teletrabajador y para la empresa. Requiere, eso sí, de un proceso de adaptación que no es sencillo, hay que aprender a disfrutar del teletrabajo. Cuenta la autora que ella aprendió “a golpes” y con este libro pretende evitárselos a otros. Hasta lo facilita en modo multimedia a través de unos códigos QR. Un cambio cultural para hacer las cosas de manera distinta Lo de la vela y la app para nostálgicos de la oficina incluso se puede llegar a entender porque el teletrabajo supone un gran cambio. Exige una mirada nueva para afrontar problemas distintos y también para sacar partido de otras oportunidades que surgen. Supone nuevas prácticas pero, sobre todo, resintonizar nuestras actitudes: una nueva mentalidad. En un encuentro virtual que organizó Industriales Escuela de Negocios (IEN) para debatir sobre el tema, se dijo que es este cambio de mentalidad necesario el que permitirá sacar partido de las nuevas herramientas. No es una cuestión tanto de qué tecnología utilizar sino de hacer las cosas de manera distinta y otras cosas diferentes también. Y para llevar a cabo ese cambio ayuda entender los beneficios y que haya un convencimiento. José Luis Montesinos, CEO de Comefruta.es, que colabora en el libro, señaló que el teletrabajo es el cambio laboral más radical desde el siglo XVIII. Cambia el juego y las reglas -apuntaron. Es más, “no solo está cambiando lo que hacemos, sino lo que somos», añadió Virginia en el debate y mencionó la posibilidad de otro tipo de vida o la deslocalización del talento que permite. Un extra de responsabilidad: jefes de nosotros mismos Con la experiencia masiva vivida creo que en general todos tenemos claro que teletrabajar no es hacerlo en pijama y a nuestro ritmo ni tampoco implica estar siempre disponibles. Pero la primera parte de “Disfruta teletrabajando” desmonta también muchos otros mitos como que es simplemente cambiar de lugar y no altera las tareas. Lo cierto es que supone un cambio profesional y de modelo laboral e implica el desarrollo de nuevas capacidades para que la tecnología nos facilite la adaptación al nuevo entorno sin convertirse en una losa. La autora llama también la atención sobre que el teletrabajo nos convierte en jefes de nosotros mismos. La responsabilidad y la confianza sustituyen a la supervisión y el control. Una colaboración virtual efectiva y afectiva Pero uno de los mitos que aborda que me parece más interesante porque es una de las razones que se esgrime en este momento para la vuelta a la oficina y un modelo híbrido es que con el teletrabajo se pierde el contacto social. Virginia apunta que el gran reto es la empatía digital. Esta nueva modalidad laboral exige un extra de “pegamento” en los equipos. En este sentido, una parte de “Disfruta teletrabajando” es “Cómo establecer una colaboración efectiva y afectiva con gente a la que no ves”. Un capítulo recoge consejos para garantizarlo y otro se refiere a cómo liderar equipos digitales para sacar el máximo partido de ellos y que lo vivan como una buena experiencia. Generar cohesión, estar más abiertos y receptivos, o reforzar su apoyo son algunas de las cosas que los jefes deben intensificar con el teletrabajo. Una oportunidad para brillar Que el teletrabajo cuaje es tarea de cada uno (no solo responsabilidad de la empresa y sus líderes) y hacerlo sin desesperarse implica flexibilidad e inteligencia emocional. Es un reto pero también abre nuevas oportunidades para adquirir un nuevo valor profesional, como se cuenta en la última parte del libro. Pero para eso no va a bastar con la eficiencia; requiere creatividad e innovación, mayor colaboración, aprender a visibilizar nuestro trabajo, más iniciativa y empuje… nuevos comportamientos, en definitiva. Pero el único riesgo en este momento es no cambiar. Para tomarse el teletrabajo con entusiasmo y método, “Disfruta teletrabajando”, de Virginia Cabrera, resulta de gran ayuda. Imagen: Atomo Cartún La innovación sanitaria, una cuestión estratégica para el Sistema Nacional de SaludLos STEM en el centro del debate: romper con el mito
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