Agricultura Inteligente: del arado al dron

Luis Simón Gómez Semeleder    21 noviembre, 2018

El implacable crecimiento de la población mundial que viene sucediendo desde mitad del siglo pasado (se espera que en el año 2050 seamos más de 9.500 millones de habitantes), sumado a la necesidad de limitar el uso de unos recursos naturales cada vez más escasos, ha llevado al sector agrícola a buscar nuevas soluciones avanzadas que den respuesta eficaz a este nuevo contexto. El empleo de las nuevas herramientas tecnológicas, unido al desarrollo de internet, se presentan como herramientas indispensables en la agricultura del siglo XXI.

Necesitamos producir más y mejor, y tenemos que hacerlo de una forma racional y eficiente, con un uso adecuado de los recursos y de una forma más sostenible a medio y largo plazo. La sociedad se enfrenta al gran reto de producir el doble de alimentos en una menor superficie cultivada, con menos mano de obra y con graves problemas de escasez de agua que todo indica que empeorarán en los próximos años.

En este contexto de preocupación por la sostenibilidad, la calidad y la cantidad de producciones agroalimentarias, el objetivo del sector consiste en encontrar nuevas soluciones que permitan optimizar al máximo el uso de recursos y tierra cultivable. En este sentido, la agricultura recurre cada vez más a la tecnología y al empleo de grandes volúmenes de datos (Big Data). Esto se conoce como agricultura de precisión y consiste en el análisis de los datos recogidos, principalmente mediante sensores inteligentes, para optimizar la gestión de una tierra cultivada desde el punto de vista agronómico, medioambiental y económico. El objetivo es llevar a cabo un uso más eficiente y preciso de los recursos.

La agricultura recurre cada vez más a la tecnología y al empleo de grandes volúmenes de datos

El método principal de la agricultura de precisión consiste en aplicar los recursos necesarios, en el momento adecuado y en el lugar exacto. Para ello, este nuevo tipo de agricultura emplea sistemas de posicionamiento global (GPS) y otros medios electrónicos como drones que le permiten obtener datos precisos del cultivo y actuar de la mejor manera. Mediante la recolección y el análisis de datos, los agricultores podrán optimizar recursos como el agua de riego, fertilizantes o pesticidas, lo que se traduce en una importante reducción de costes y en una mejora de la calidad del producto, además de un uso más responsable del medio ambiente.

Por otro lado, la automatización agrícola y robótica también tienen un protagonismo en el sector agrícola y permiten, gracias a la inteligencia artificial, mejorar los rendimientos de los diversos procesos en el campo de la agricultura. La automatización es una realidad que sigue avanzando en diversas labores. Acciones como controlar el riego a distancia desde el smartphone o conducir una cosechadora desde un sistema de realidad virtual ya suponen el día a día de muchos agricultores a lo largo y ancho del planeta. La Inteligencia Artificial (AI) permite a las personas programar tareas complejas en los ordenadores o configurarlos para aprender a perfeccionar sus procedimientos a través de la experiencia, del mismo modo que hacen los humanos.

La automatización agrícola y robótica también tienen protagonismo en el sector agrícola

Se ha iniciado una revolución tecnológica en el sector agrícola que no tiene intención de detenerse: proyectos como “Smart Agro”, impulsado por Telefónica y la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) con el objetivo de transformar la agricultura y aumentar la seguridad alimentaria, se implantará próximamente en Bucayá, Colombia, beneficiando a 38 familias de la zona.

Más que una sola tecnología en particular, la agricultura inteligente es la confluencia de una diversidad de tecnologías que está trayendo una verdadera revolución a la cadena de valor y está creciendo rápidamente. A través de la tecnología actual los agricultores mejorarán de forma sostenible la cantidad y calidad de los productos que producen, con los consiguientes beneficios que esto aportará a la sociedad. Los datos y la tecnología se han convertido en el presente de la agricultura y marcarán el camino a seguir en el futuro.

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